Conocí a Minou Tavárez Mirabal hace mucho, cuando el feminismo se volvió parte consciente de mi vida. La escuché, leí sus letras, la imaginé emocionalmente de niña al enterarse huérfana desde los 7 años por culpa de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Y la conocí personalmente el último de los 16 días de activismo de este 2024 en un conversatorio convocado por la brillante secretaria de las Mujeres de la CDMX, Daptnhe Cuevas Ortiz. Ahí estaba yo, junto a Minou, sabiendo que su voz envuelve la semilla del día que marca el inicio de la jornada y que desde 1999 fue instituido por la ONU como el de acción global para la eliminación de la violencia contra la mujere. El mismo día y en honor a aquel de 1960 en que su madre y dos tías fueron secuestradas y asesinadas en República Dominicana.
Dedé Mirabal, la única de las hermanas conocidas como “Las mariposas” sobreviviente del trágico crimen recuperó no solo el amargo recuerdo sino los pasos de la lucha que condujeron a Patria, Minerva y María Teresa, literalmente, al precipicio de la impunidad. Esa historia está inmortalizada en un libro titulado “Vivas en su jardín”.
En un capítulo mucho más reciente, el del encuentro de este 10 de diciembre, Minou reflexionó sobre el avance cualitativo registrado a nivel global y regional en cuanto a combate de violencia machista y ofreció una conclusión contundente: no hay razones para sentirnos satisfcehas, sigue faltando muchísimo. Como agravante, el ascenso de gobiernos conservadores como el de Milei en Argentina o el muy próximo segundo periodo de Trump en Estados Unidos complica alcanzar la Agenda 2030 de la ONU, que se había trazado eliminar toda forma de agresión contra las niñas y mujeres para ese año.
En ese contexto, nos queda insistir desde nuestro activismo en la sociedad civil y exigir al gobierno el cumplimiento de sus compromisos. Decía Minou que México es de las pocas esperanzas en Latinoamérica. Preciso, con un juego de palabras para evocar el libro de Mirabal y una de las claves de política pública de género enunciadas por la primera Jefa de Gobierno feminista de la CDMX, Clara Brugada, mi confianza desde Ola Violeta AC en que su administración será un faro para consolidar el derecho de todas a estar siemprevivas en nuestro jardín, uno de derechos y libertades.
POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
@MAELENAESPARZA
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