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Desafíos para el sector agroalimentario en la nueva era Trump

El republicano anunció que firmará diversas órdenes ejecutivas, entre ellas, una para declarar la emergencia nacional en la frontera con México y otra para designar terroristas a los cárteles de la droga

Desafíos para el sector agroalimentario en la nueva era Trump
Mariana Otero-Briz / Tierra de Negocios / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

No hay plazo que no se cumpla y ayer Donald Trump tomó posesión como el presidente número 47 de Estados Unidos, con un discurso incendiario, como se esperaba.

El republicano anunció que firmará diversas órdenes ejecutivas, entre ellas, una para declarar la emergencia nacional en la frontera con México y otra para designar terroristas a los cárteles de la droga.

En la rotonda del Capitolio y ante un auditorio que se puso de pie y aplaudió, Trump dijo que regresa la política del Quédate en México y que enviará tropas a la frontera sur para combatir la “invasión” a su país.

Habló también de temas polémicos, como el de recuperar el Canal de Panamá y rechazar el pacto para promover las energías limpias y las políticas inclusivas.

Cabe mencionar que el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Alejandro Malagón, asistió a la toma de protesta de Trump.

El empresario aprovechó la visita para reunirse con miembros clave de la nueva administración estadounidense y líderes del sector privado, con el objetivo de que la competitividad regional siga siendo una prioridad para ambos países.

Y es que, México y Estados Unidos son economías complementarias y, junto con Canadá, representan un bloque importante para hacer frente a otras alianzas regionales, como la que recién integraron los países del Mercosur y de la Unión Europea.

Este acuerdo llega en un momento crítico para ambas partes y presenta oportunidades para obtener importantes beneficios mutuos a través de una cooperación geopolítica, económica, de sostenibilidad y de seguridad fortalecida.

México, Estados Unidos y Canadá deben seguir ese mismo camino y no empezar a ponerse obstáculos a su comercio trilateral, en particular en el ámbito agroalimentario.

Y, por otra parte, el retorno de migrantes mexicanos representa para nuestro país una mano de obra que puede venir de regreso, altamente calificada, para los campos nacionales.

Además de contar con personas dispuestas a sumarse al programa Cosechando Soberanía, pues más campesinos pueden sembrar y elevar el volumen de las cosechas. 

Tal vez es buen momento para proponerse un programa ambicioso para conseguir más maíz, luego de que ya importamos 20 millones de toneladas del grano y esas pueden ser sustituidas paulatinamente con cosechas locales.

Además de aprovechar la diversidad de climas de México para generar producción variada en las distintos vertientes agrícolas, lo que implica la sustitución a otros cultivos con mayor demanda como la cebada y afianzar a México como potencia exportadora, cuyos ingresos o divisas pueden abonar a la economía rural, que es de donde proviene la gran mayoría de migrantes.

Los retos y las oportunidades ahí están, aprovechemos lo positivo de esta gran coyuntura mundial.

PAL

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