WASHINGTON. Un viejo chiste en la comunidad latina relata cómo un migrante asiste a su juramentación como ciudadano estadounidense y al regresar a su trabajo, lo primero que señala al dirigirse a sus colegas es quejarse de los migrantes indocumentados.
Pero el chiste ya no lo es. En las pasadas elecciones estadounidenses, el candidato republicano, Donald Trump, alcanzó 45% del voto de los hispanos con base en dos señalamientos, la economía y la migración. Podría decirse que hay un cambio fundamental entre los latinos, y tal vez así sea, pero la realidad es que muchas de esas quejas estuvieron presentes, como lo han estado hace años ya entre los descendientes de los latinos, sean mexicanos, cubanos o centroamericanos que llegaron hace décadas a Estados Unidos.
Hoy la minoría latina está compuesta mayormente por estadounidenses por nacimiento, que mantienen un incremento anual estimado en casi un millón de personas y un número de posibles votantes calculado este año en 38 millones. Son un grupo, o más bien varios grupos, que si bien gustan de mantener vínculos o rasgos que los identifiquen con su cultura original, son, sobre todo, ciudadanos estadounidenses que enfrentan muchos de los problemas de esa sociedad y ciertamente comparten algunas de las propuestas de solución.
Eso explica en alguna medida 45% del voto latino que Donald Trump obtuvo a pesar de una campaña en la que frecuentemente insultó a los migrantes, permitió que un cómico se refiriera a Puerto Rico como una "isla de basura", mintió respecto a la cantidad y muchas veces a la conducta de los migrantes, especialmente los indocumentados. Sus preocupaciones, como las de muchos estadounidenses, son la economía y la seguridad. Y el cansancio respecto a una cultura de corrección política donde es posible ofender a sectores sin siquiera darse cuenta. 45% del voto latino, ejercido, esto es.
Los latinos son 19 por ciento de la población estadounidense, o sea, unos 65 millones de personas y de ellos, 38 millones en edad de votar, pero lo hizo alrededor de la mitad, 18 millones.
O sea que unos ocho millones de sufragios fueron para Trump, mayormente de hombres jóvenes hispanos. Puede hablarse de la fragmentación de un bloque de votantes.
Pero nunca lo fue. 60% de los hispanos en Estados Unidos son mexicanos de nacimiento o descendientes de mexicanos. Alrededor de 10% son puertorriqueños, y aproximadamente 5% son cubanos, otro tanto dominicanos y el resto de origen centroamericano y sudamericano, especialmente venezolanos. Muchos salieron de sus países huyendo de regímenes izquierdistas, como Venezuela o Nicaragua, y se unieron al exilio cubano. Pero la mayoría son nacidos en Estados Unidos.
Los latinos son ahora el segundo mayor grupo del país, solo detrás de los blancos anglosajones y un grupo electoral que aún es mayormente demócrata, aunque los republicanos han logrado avances al preocuparlos y asustarlos con la llegada de nuevos inmigrantes.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE
MAAZ