El virtual presidente electo Donald Trump está en camino de armar un gabinete "a modo", compuesto por leales y activistas entresacados de sectores derechistas y conservadores de los Estados Unidos.
De creer versiones previas, hay planes también para sustituir a millares de mandos medios y altos de la burocracia del gobierno federal por creyentes en los proyectos, menos de Trump, aunque formalmente se declaren sus partidarios, que de la derecha que aspira como meta a retener el poder y reformar el país.
Los primeros días después de la elección de Trump han estado llenos de especulaciones y de designaciones polémicas, que parecen presagiar luchas de poder en su gobierno, pero también una relación ríspida con parte de los Estados Unidos para no decir con el resto del mundo.
El estilo de Trump como empresario y luego en su primer periodo de la Casa Blanca, permitió toda clase de luchas internas, al grado que un libro sobre su primer gobierno definió a su gabinete como "nido de serpientes".
Y las primeras señales son de que las cosas no van a ser muy diferentes, aunque esta vez Trump evitó la designación de profesionales preocupados por legalidades y procedimientos a cambio de personajes comprometidos con sus ideas.
Pero de acuerdo con reportes, para empezar comienzan a aflorar los recelos entre los ideólogos conservadores y los trumpistas, que van de la mano, pero no son necesariamente lo mismo.
Hay también reportes ya de pleitos entre algunos que como el financiero Elon Musk se han acercado al círculo interno de Trump y donado decenas de millones de dólares a sus campañas, con viejos consejeros del ahora virtual mandatario electo, como Boris Ephsteyn, que coordinó su defensa legal y logró que Trump nombrase al muy controversial Matt Gaetz como su candidato a Procurador General.
De hecho, algunos medios republicanos han expresado dudas de que Gaetz, asi como otros nombramientos adelantados ya por Trump, como la ex legisladora demócrata Tulsi Gabbartd como Consejera Nacional de Inteligencia, puedan ser aprobados por el senado pese a la mayoría republicana,
Entre los mismos legisladores republicanos hay todavía un considerable número de conservadores tradicionales, incómodos en algunos casos con extremistas de derecha, como se considera al exdiputado Gaetz, que renunció bajo la sombra de una investigación ética sobre excesos y abusos sexuales, o de Gabbard, a la que se acusa de ser una propagandista rusa. Trump y los republicanos reclaman un mandato masivo.
Después de todo, lograron el control del Congreso. Pero como suele ocurrir, puede haber diferencia entre sus ambiciones y la realidad. Los activistas que se espera lleguen al gobierno, muchos en los mandos altos, pero otros y quizá más importantes en los sectores medios altos de la burocracia, deberán enfrentar tareas administrativas y supuestamente llevar a la realidad medidas y reformas prometidas durante la campaña. Suena fácil. Pero del dicho al hecho.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
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@CARRENOJOSE
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