Tres en Raya

Lamento interrumpirlo en sus múltiples actividades

Subrayo lo siguiente: el próximo presidente estadounidense y los mencionados funcionarios consideran que la migración ilegal y el combate al crimen organizado van de la mano; de hecho han creado el concepto de “frontera segura”

Lamento interrumpirlo en sus múltiples actividades
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Perdón, secretario Harfuch, siento distraerlo de sus responsabilidades; lo hago de buena fe. ¿Ya vio lo que será una INMENSA nueva fuente de inseguridad? ¿Ya tiene en el radar el hecho de que Trump quiere romper y dejar muy atrás el récord de deportaciones alcanzado en 2013 por Obama cuando 432 mil personas fueron expulsadas de Estados Unidos en un muy corto lapso de tiempo?

Trump y su zar fronterizo, Tom Homan, en coordinación con nuevo el vicecoordinador de asesores de la Presidencia norteamericana, Stephen Miller, y Kristi Noem, la próxima secretaria de Seguridad Interior, planean deportar al menos a ¡un millón de migrantes!, lo que significa que mínimo 500 mil connacionales regresarán a casa… Bueno, en realidad a buscar casa, trabajo, comida; a formar parte de una sociedad que ciertamente no podrá reabsorberlos. Ahí está el detalle. (Y esto sin contar con que Donald Trump también contempla un proyecto de “desnaturalización” que consistiría en despojar de los derechos de ciudadanía a los inmigrantes naturalizados que hayan cometido algún delito en Estados Unidos o que hubiesen obtenido ilegalmente el estatus de ciudadano).

Subrayo lo siguiente: el próximo presidente estadounidense y los mencionados funcionarios consideran que la migración ilegal y el combate al crimen organizado van de la mano; de hecho han creado el concepto de “frontera segura” para atacar ambos de manera integral. Por ello es altamente probable que se concreten deportaciones masivas; hablo de la expulsión de cientos de miles de migrantes en cuestión de unos cuantos días. Dicho de otra manera, impacto económico (y social) o no para Estados Unidos, el carro completo que ha conseguido el anaranjado personaje en el Congreso estadounidense solo asegura que él llevará a cabo su plan.

Sabemos que los anuncios de Trump dejan de ser fanfarronadas cuando ya está en el gobierno; por lo que llevará las deportaciones a su máxima expresión. Sabemos también que Trump utilizó a México como su patio trasero y tuvo cuidando la frontera a más de 18 mil efectivos de la Guardia Nacional para que los migrantes no pudieran ingresar a Estados Unidos. Que su “muro” humano existió y lo pagamos con nuestros impuestos… Aún no sabemos si le pedirá a Claudia Sheinbaum eso mismo, pero ahora para RECIBIR a los deportados y evitar que intenten reingresar a nuestro vecino país del norte.

Lo que sí podemos decir -y aquí es donde me quiero detener- es que seguramente será enorme el peso económico y social que significará tener que recibirlos. Y esto incrementará exponencialmente los índices delictivos, primero en las entidades del norte del país, luego en el resto del territorio nacional. En otras palabras, aunque se conocen las implicaciones (económicas, sociales, de política pública y de seguridad) del éxodo hacia Estados Unidos, se desconocen las consecuencias de RETORNOS masivos a México. ¿Alguien ha hecho cuentas?

Tenemos en puerta una fuente de inseguridad en un México de por sí convulsionado por la situación de seguridad precaria. ¿Cómo encima dar de comer de un día para otro a 500,000 migrantes? (o más, si también nos mandan aquí a los de otros países). ¿Cómo contener la inseguridad que esto generaría?

Ya se va entendiendo. Éste no será un problema de políticas públicas de corte económico y social exclusivamente. Será mayoritariamente una crisis de inseguridad como no se ha visto antes. A la criminalidad que traerán estas olas de repatriados, se le sumará que no pocos se convertirán en mano de obra para el narcotráfico y diversas bandas varias del crimen organizado. ¿Se quería atender las causas del crimen? De la noche a la mañana eso será imposible.

¿El gobierno de Claudia Sheinbaum estará pensando en una nueva estrategia de Seguridad para México que no tenga nada que ver con la estrategia que ya se diseña ahora para épocas de “normalidad” con las ya conocidas tasas de crimen que no contempla el retorno migratorio?

Porque más allá de la labor que bajo ese escenario tendrían que hacer Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard, a quien le tocaría lidiar con los efectos de las deportaciones en la inseguridad es a Omar García Harfuch y al próximo director del Instituto Nacional de Migración, Sergio Salomón.

¿Es ese el verdadero objetivo detrás de la reciente reforma a la SSPyC? Espero que sí; que la ‘inteligencia de seguridad’ sea solo la excusa. Espero que las deportaciones masivas estén contempladas. Ojalá los “puros” de Morena entiendan que se requiere esta estrategia por el bien de México; que ni la Marina ni la Sedena busquen rivalizar al secretario de Seguridad en esta delicada materia.

¿Harfuch ya entabló diálogo con los funcionarios republicanos?; ¿la presidenta Claudia Sheinbaum lo llevará cuando se reúna con ellos o únicamente se hará acompañar de los secretarios de Relaciones Exteriores, de Gobernación, de Defensa? La alerta roja de las deportaciones ya sonó y me temo aún no dimensionamos el tumulto de personas que regresarán en condiciones muy precarias a nuestro país.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADOR

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM   

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