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Rusia y sus armas nucleares

Cualquier variación en la situación de las armas nucleares es monitoreada por la Alianza Atlántica

Rusia y sus armas nucleares
Beata Wojna / Diplonotas / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Hace pocos días el presidente Vladimir Putin anunció que la Federación Rusa introdujo cambios en su doctrina nuclear. El nuevo documento no fue publicado y se desconocen los detalles. Sin embargo, transcendió la declaración de Putin quien informó en la reunión de su Consejo de Seguridad que cualquier agresión contra Rusia por parte de un país no poseedor de armas nucleares, pero con la participación o apoyo de un estado nuclear, debe ser considerada como un ataque conjunto contra la Federación Rusa.

El mensaje de Rusia se inserta en el debate entre Ucrania y sus aliados sobre el empleo de misiles de largo alcance por los ucranianos para llegar a los objetivos militares dentro de Rusia. Sirve básicamente para que los Estados Unidos y el Reino Unido mantengan su cautela y no permitan a Ucrania actuar en el territorio ruso con armamento especializado occidental.

No es la primera vez que Rusia amenaza con el tema nuclear. De hecho, de acuerdo con el análisis realizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), durante los dos primeros años de guerra en Ucrania se detectaron 200 casos en los que los líderes rusos mencionaron armas nucleares. La modificación de la doctrina nuclear rusa es un elemento nuevo en este marco y significa un cambio cualitativo que debemos observar con gran atención.

Cualquier variación en la situación de las armas nucleares rusas es cuidadosamente monitoreada por la Alianza Atlántica que basa su estrategia de defensa y disuasión en armas nucleares, armas convencionales, defensa antimisil, capacidades espaciales y cibernéticas. La OTAN definió también que las circunstancias en las que podría ocurrir el uso de armas nucleares son muy remotas, y que las fuerzas nucleares actuales son suficientes para una disuasión y defensa adecuada.

Hasta ahora no se ha planteado cambios en este ámbito y nada parece indicar que el nuevo Secretario General de la organización, Mark Rutte, quien el 2 de octubre sustituyó a Jens Stoltenberg, quiera abrir este debate, a no ser que el juego nuclear de Rusia empiece a cambiar de manera más sustancial. 

El tema nuclear es crucial para todo el mundo, y también lo es para América Latina. Sin embargo, parece que aquí se ha normalizado vivir con la creciente amenaza nuclear. La información sobre los cambios en la doctrina nuclear rusa no ha suscitado grandes reflexiones ni declaraciones, a pesar de que la desnuclearización es considerada un pilar clave en la acción internacional de varios países de la región.

Muchos se sienten orgullosos del Tratado de Tlatelolco, que en 1967 estableció la prohibición de armas nucleares en América Latina y el Caribe, y del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares por razones humanitarias, adoptado en 2017. Pero da la sensación de que les cuesta hacer declaraciones más contundentes contra países como Rusia, que han recurrido a la amenaza nuclear de manera constante durante los últimos años.

POR BEATA WOJNA

PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES

TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@BEATAWOJNA

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