Hemos mencionado anteriormente que el fútbol mexicano enfrenta una crisis. Hoy anotamos tres frentes de esta crisis que amenaza su estabilidad y futuro: la pérdida de valor de la liga como negocio; la violencia en las tribunas y fuera de los estadios; y la falta de innovación, problemas interconectados que afectan la asistencia a los partidos y repercute en los resultados de la selección nacional. Es tiempo que se admita como una situación de riesgo crítico.
En primer lugar, la liga mexicana ha experimentado un declive económico significativo. Los estadios están vacíos, los aficionados han perdido interés e incluso para los patrocinadores será cada vez menos atractivo estar presentes en un espectáculo que carece de atracción. Esto se debe, en parte, a la falta de competitividad y la repetición de los mismos equipos en la cima. La Liga MX necesita renovarse y producir nuevos talentos para recuperar la emoción y el interés del público.
Directivos como Ivar Sisniega, actual presidente ejecutivo de la FMF, Emilio Azcárraga, dueño del Club América y Amaury Vergara, dueño del Club Deportivo Guadalajara, son individuos clave que deben tomar medidas para revertir esta tendencia. La falta de liderazgo y visión ha llevado a la liga a esta situación crítica que pronto comenzará a mermar a los clubes que acostumbran estar en los primeros lugares de la tabla.
En segundo lugar, la violencia en las tribunas es un problema grave que no ha sido abordado adecuadamente. Los incidentes de violencia y agresión en los estadios han aumentado, lo que ha generado un ambiente hostil y peligroso para los aficionados. Esto no solo afecta la asistencia a los partidos, sino que también daña la imagen del fútbol mexicano en el extranjero, algo que debe importar cada vez más de cara al próximo mundial.
Los clubes deben de tomar medidas contundentes contra las personas que inciten actos violentos o que agredan tanto a los aficionados como a los jugadores rivales. Los propios clubes perderán más al no vetar a estas personas de sus instalaciones.
En tercer lugar, la falta de innovación es evidente. Mientras que ligas europeas como la Premier League y La Liga implementan tecnologías avanzadas y estrategias de marketing efectivas, la Liga MX se queda atrás. El homenaje a jugadores veteranos para atraer a los aficionados es un ejemplo de la falta de creatividad y visión y una medida que rasga la desesperación para mejorar la venta de entradas a los estadios donde jugará la selección mexicana.
Jugadores retirados como Rafael Márquez y Duilio Davino han tomado papeles importantes en la dirección de equipos y la selección nacional. Sin embargo, su experiencia no ha sido suficiente para revertir la tendencia negativa. La decisión de dejar el fútbol activo es difícil, pero es fundamental para dar paso a nuevas generaciones de talentos, algo imposible si no se procuran los espacios necesarios para la incorporación de nuevos talentos.
Con el Mundial de 2026 en México, la presión aumenta. La selección nacional no tendrá que enfrentar eliminatorias, pero deberá demostrar su valía frente a rivales, algunos de alto nivel, en partidos amistosos. La falta de preparación y renovación puede llevar a un desastre en el escenario internacional.
La colaboración con ligas europeas y la implementación de tecnologías innovadoras pueden ser claves para el éxito. El uso de herramientas de análisis de datos, realidad virtual y marketing social puede ayudar a mejorar la experiencia del aficionado y atraer a nuevos seguidores.
Además, la FMF debe trabajar en estrecha colaboración con los dueños de equipos para implementar medidas de seguridad efectivas en los estadios. La violencia y la agresión no tienen lugar en el fútbol, y es fundamental proteger a los aficionados, algo que aún no ha sucedido a pesar de la implementación del controvertido Fan ID.
La historia del fútbol mexicano está plagada de éxitos y logros, pero la actualidad es preocupante. Hombres como Hugo Sánchez, Jorge Campos y Cuauhtémoc Blanco deben ser recordados como íconos del fútbol mexicano, pero también como inspiración para las nuevas generaciones e incluso como un punto de partida o referencia para sus propias carreras, no el límite máximo sino el límite mínimo de lo que se puede lograr.
Es hora de tomar medidas y revertir la tendencia negativa. El fútbol mexicano merece más, y los aficionados merecen una liga competitiva, emocionante y segura. La triple amenaza del fútbol mexicano es un desafío que requiere una solución integral. La FMF, los dueños de equipos y los jugadores deben trabajar juntos para abordar el declive económico, la violencia dentro y fuera de las canchas y la falta de innovación. El futuro del fútbol mexicano está en juego.
Por: Diego ‘SAGO’
sago.almanaque@gmail.com
X (twitter): @ALMANAQUE_SAGO
Tiktok / Instagram: @almanaque.sago