Política y Diplomacia Sostenible

Supremacía Constitucional

Se captó nítidamente el “no pueden hacer nada”, cuando la oposición abandonó la lucha

Supremacía Constitucional
Marlene Mizrahi / Política para a'mar / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Era un martes por la tarde, un poco pasadas las 16:00 hrs. Cinco senadores del oficialismo platicaban en el pasillo angosto del recinto legislativo. Gente iba y venía. Quienes pasaban más cerca, alcanzaban a distinguir entre risas y murmullos: “no pueden hacer nada”; “tenemos todo el poder”; “debemos asegurarnos”; “y qué tal si…”.

Estas personas legisladoras sabían que eran muy poderosas, que juntas podían dominar el Congreso y que la oposición no tenía capacidad de intervención. Sin embargo, cada representante quería brillar individualmente: buscaban liderar al bloque oficialista.

Guiado por esta ambición, uno de ellos mandó un mensaje de WhatsApp. Un texto fue suficiente para armar una propuesta de reforma constitucional. Una improvisación que pretendía afianzar otra reforma que continuaba en riesgo de impugnación y responder al refuerzo comentado entre susurros.

Dos días se necesitaron para que el mensaje se convirtiera en una iniciativa de reforma constitucional, se dictaminara en comisiones, llegara al pleno, sea avalada en la Cámara alta y turnada a San Lázaro para su aprobación. Sonó fuerte el “tenemos todo el poder”. 

La discusión en comisiones tomó más tiempo que el debate en el pleno. Se captó nítidamente el “no pueden hacer nada”, cuando la oposición abandonó la lucha.

Si bien esto no fue exactamente lo que pasó, las reformas constitucionales del oficialismo se parecen cada vez más a esa escena: remedios para ocuparse de lo urgente y ocurrencias de legisladores que buscan demostrar, ahora con reformas constitucionales, que se les hace caso a ellos, que pueden tomar el control.

Del otro lado, hay una oposición que sólo simula entrar al combate. Una semana bastó para que el “y qué tal si…” se convirtiera en una reforma que tomara por nombre Supremacía Constitucional. Una cuyo cometido es blindar cualquier modificación que la mayoría haga a la Carta Magna.

PAN, PRI y MC parecen haberse rendido. Como si fuese irrelevante el esfuerzo por proteger los derechos humanos de las personas y que se prohíba cualquier cuestionamiento de los conceptos y los procedimientos de aplicación de las reformas constitucionales.

Lo más relevante es que si los partidos adversarios a la 4T persisten en la pasividad, el régimen actual continuará dominando el gobierno por muchos años más. Sin embargo, prolongará su mandato no por elección del pueblo, sino porque se habrá apropiado del marco fundamental de la organización política y jurídica de nuestro país.

Como dice Ernesto Laclau, las nuevas normas serán producto de las relaciones de poder. Así, la Carta Magna reflejará el desorden de las luchas internas, al tiempo que revelará la búsqueda por afianzar un grupo político como autoridad.

Llegaremos a otro martes con nuevas ocurrencias, gestos para mostrar control y constitución renovada.

POR MARLENE MIZRAHI

COLABORADORA 

@MARLENEMIZRAHI

EEZ

Temas