Otra vez la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está dando de qué hablar. Trabajadores de dicha escuela se dicen preocupados porque los medicamentos que tienen en la facultad y los cuales son suministrados a los animales que ahí se tratan, están caducos.
Como evidencia, los empleados de la Máxima Casa de Estudios han tomado imágenes en donde claramente se ve expirada la fecha de caducidad de las medicinas, algunas desde 2020, otras de 2023.
Además, aseguran, hay actos de crueldad animal, pues los conejos que son utilizados para las prácticas de los estudiantes padecen tal sufrimiento que piden a las sociedades protectoras de animales se den una vuelta por esta facultad para ver la supuesta crueldad que ahí se ejerce.
Hace algunos años los alumnos usaban perros para sus prácticas, lo cual se eliminó debido a la presión de las protectoras de animales, pues se argumentaba que los perros sufrían a la hora de ser sacrificados, desde entonces se trabaja con conejos; el problema es que los medicamentos que utilizan en ellos están caducos, además de que los estudiantes no cuentan con los anestésicos necesarios para que los conejos no sufran.
Estudiantes han enviado cartas a las autoridades de la universidad para que esto pare, sin embargo, la respuesta es que se trata de una mentira y que los medicamentos están al 100%; pero el personal de la institución argumenta lo contrario.
Culpan, entre otras cosas, a la coordinadora de quirófanos de enseñanza de la facultad, Ana Paola Velasco, y al director de la misma, Carlos Gutiérrez Aguilar, por no hacer nada para evitar el sufrimiento de los animales con los que trabajan y que ahí mismo son tratados, cosa que va en contra de los principios éticos de la universidad.
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Alumnos acosadores
Es urgente, también, que las autoridades de la UNAM, principalmente en los niveles de CCH y preparatoria, pongan mayor atención en los casos de acoso que sufren día con día las alumnas por parte de sus compañeros varones.
Y es que las quejas van desde comentarios ofensivos o sexuales al interior de las instalaciones de las escuelas, hasta otros que comienzan en el transporte escolar.
Recordemos que la UNAM cuenta con un sistema de traslado para los alumnos por medio de autobuses, bueno, pues existen denuncias de alumnas que han señalado a varios estudiantes varones que las agreden de alguna manera.
Un sistema de cámaras ayudaría mucho para dar con todos aquellos cobardes alumnos que seguramente también sufren abuso en sus hogares y que lamentablemente transmiten su frustración por medio de la violencia.
Se solicita a las autoridades de la UNAM hagan una revisión minuciosa de lo que pasa en sus enormes escuelas y facultades, así como en su entorno.
POR KARINA ÁLVAREZ
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