La aparición de las redes sociales y demás contenido multimedia, ha traído consigo una transformación de los medios de comunicación, reforzando su importancia en el mundo, debido al mayor alcance geográfico que ahora tienen al permitir la conexión de diversas áreas del globo terráqueo a pesar de la distancia y la rapidez de su transmisión, ya que cualquier tema puede volverse viral en cuestión de minutos.
La fuerza de las redes sociales ha traído consigo la aparición de nuevos actores, el o la influencer, que el Diccionario de la Real Academia Española define como una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales; de igual modo, se ha visto la aparición de personas “creadoras de contenido”, enfocadas a elaborar contenidos en internet con el fin de posicionar una marca y conectar con la audiencia.
En México, los principales influencers brindan contenido relacionado con moda, recetas de cocina, entretenimiento, stand up, videojuegos, música, entre otros. La influencia de estos personajes está determinada por el número de vistas, seguidores y el posicionamiento que pueden realizar de las marcas que los contratan. Es importante resaltar este punto, ya que sin patrocinadores y el pago de estas marcas, sería muy difícil mantenerse activo en redes sociales. De este modo es que sus clientes, determinarán en la mayoría de los casos respecto de los temas y el sentido en que mostrarán sus contenidos.
Resalto este último punto, en virtud de que en los últimos días ha aumentado el número de influencers como lo son Luisito Comunica, Sofia Niño de Rivera, Eugenio Derbez, Álvaro Gordoa, Pablo Marín, entre otros, que han subido videos encaminados a brindar su opinión respecto a la discusión de la reforma al Poder Judicial, o respecto de la estrategia de seguridad seguida por el gobierno actual, lo cual no sería relevante si fueran esos temas el tipo de contenido que suelen subir a sus redes sociales, sin embargo no es así, ya que dichas opiniones difieren del contenido que comúnmente brindan.
Esto no quiere decir que ser influencer o creador de contenido impida que sean unos ciudadanos activos, preocupados por lo que pasa en su entorno, sin embargo, que precisamente sea este momento en el que surja esa “conciencia ciudadana” hace pensar si dicho interés es auténtico, o si sólo están siendo contratados para viralizar cierto mensaje. Sabemos que en política nada es casualidad. Si bien el influencer busca influenciar en su público, lo cierto es que nada impide que a su vez pueda ser influenciado por quien lo contrata o patrocina.
En la era digital, donde abunda la información y su facilidad de acceso, hay que estar atentos a aquellos contenidos que pueden llegar a ser falsos, así como analizar el trasfondo de cada mensaje. No se trata de coartar la libertad de expresión, sino de tener una posición crítica ante lo que se consume en internet y saber que no hay neutralidad en los mensajes.
POR MARISOL CUECAPAN ROMERO
@MARISOLCUECAPAN
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