Columna Invitada

Función de las defensas

Es comprensible que, en el pasado, no se haya podido evitar la relación con una persona agresiva

Función de las defensas
María Isabel Romero López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Comencemos diciendo que tanto las emociones como las defensas tienen una función y una disfunción en la vida de las personas. La función de las emociones es impulsarnos mientras que la función de las defensas es protegernos y ayudarnos a conservar el equilibrio psíquico, pues, si no contáramos con ellas, experimentar vivencias dolorosas y frustrantes sería posiblemente casi imposible.

Las defensas son para la psique como la armadura para el soldado medieval: utilizarlas mayor tiempo del necesario las hace disfuncionales, cansando, agobiante e impide observar de manera objetiva las situaciones por las que se hizo necesario utilizarlas

Digamos que las defensas funcionan, para imitar valores, aceptar las pérdidas, simbolizar, utilizar la experiencia para ayudar, archivar recuerdos dolorosos, superar con humor y esperanza las frustraciones, observar afuera lo desagradable de uno mismo, seguir amando a nuestros seres queridos.  

Veámoslo con un ejemplo:

Ejemplo de uso funcional de las defensas: Durante la infancia una figura de autoridad te decía a gritos que eras inútil, además lo repetía constantemente, salía dando portazos y diciendo que no soportaba estar cerca; sin embargo, más tarde la misma persona te decía que te amaba, mostraba interés en lo que estuvieras haciendo y te invitaba por un helado.

Estas conductas cambiantes del adulto, te confundían y aunque te provocaban miedo, tristeza o enojo, también sentías esperanza, alegría y amor, cuando se acercaba de manera cariñosa. Comenzaste a usar la lectura y la escritura para imaginar y crear poesía que ahora haces canción.

Es comprensible que, en el pasado, no se haya podido evitar la relación con una persona agresiva que además era una figura de autoridad o cuidador y que, por factores como la edad, la dependencia normal de la etapa, las pocas habilidades para comunicar, identificar y establecer límites, hayas aprendido a sobrevivir y adaptarte a las relaciones de abuso de poder; sin embargo, hoy como adulto puedes asumir un papel proactivo, con el que puedas ofrecerte los cuidados que merecías recibir en la infancia.

Es importante observar las emociones, pensamientos, conductas manifiestas (lo que se hace y dice) que activas o bloqueas además de en dónde, con quién, cuándo, cómo y las ganancias que obtienes.

Pues por circunstancias de la vida, hay que relacionarse con personas de autoridad o cumplir con la función de autoridad en el trabajo, la familia o la escuela y además también observa la forma como establecer relaciones amorosas pues a veces por estas experiencias se tiene la tendencia de hacerlo de manera dispareja y/o abusiva, lo cual se relaciona con dependencia emocional y/o material.

Si logras identificar carencias o conflictos en este sentido busca apoyo. Recuerda que proveerte protección, amor y cuidado es la mejor inversión que puedes hacer por tu salud mental, emocional y física.

POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA

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