La encerrona

Kamala entendió todo

Ella le habla a las personas y no a las masas.  Harris y su equipo habla de esperanza, de derechos, de medio ambiente, de diálogo y unidad

Kamala entendió todo
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

“Pueden confiar en mí, pondré Estados Unidos por encima del partido y de mí misma. Prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses”: Kamala Harris

Desde inicios del nuevo milenio hemos visto en todo el mundo (libre y democrático) la decadencia en los partidos políticos y, en cierta medida, también de la democracia. En Estados Unidos, aunque con un bipartidismo marcado y una democracia indirecta a través del Colegio Electoral, también se puede observar una degradación en la vida orgánica de estos partidos, en la elección de sus candidatos y en su ideario político.

Una muestra fehaciente es la candidatura de 2016 de Donald Trump, su periodo como presidente, su intento de reelección y su reacción ante su derrota en 2020 -con beneplácito de las y los republicanos- y su actual carrera por la presidencia.

Lo anterior se debe a que los partidos políticos no han sabido adaptarse a la realidad, a que no han dejado de responder a las preguntas y necesidades de la población y, también, a que aquellos catálogos rígidos de izquierda y derecha se han diluido e incluso han mutado a “cajones” más blandos, como la personalización de la política, el acceso más sencillo y veloz a temas y espacios públicos, es decir los partidos ya experimentan la pérdida del monopolio de la política y ahora llenan esos espacios con personajes populares (o populistas), magnates que vociferan que “mientras menos política la vida será mejor”.

Sin embargo, ser -o considerarse- outsider de la política también pasará de moda, tal y como está pasando en la elección estadounidense. Trump no ha entendido que el mundo político gira más rápido que el de Galileo y cree que con la misma estrategia de 2016 y 2020 puede volver a la Casa Blanca en 2025, pero no es así.

Arremeter contra los migrantes (mexicanos en su mayor parte), cerrar fronteras comerciales con China, señalar de manera constante a Harris, Obama u Ocasio-Cortez de ser comunistas, no le ha dejado réditos. Tampoco comprendió que la estrategia de campaña no es la misma que cuando contendía contra Biden.

La irrupción a la candidatura por parte de Kamala Harris dio un vuelco en las campañas, al menos en la de los demócratas. Esta elección ya no se disputa más sobre un campo de golf ni señalando quién de los contendientes tiene más energía para los retos que supone ser presidente.

Ahora se trata de ideas concretas, de convencer a las y los electores y, en ese terreno Trump no lo ha hecho bien. Su equipo de campaña y él mismo creen que seguir sembrando miedo, eliminando la otredad, vilipendiar a lo distinto, actuar con violencia y eliminar derechos y libertades, le dará el triunfo el 5 de noviembre.

Así, por su parte Kamala Harris lo entendió bien. Ella le habla a las personas y no a las masas.  Harris y su equipo habla de esperanza, de derechos, de medio ambiente, de diálogo y unidad.

Ella mejor que nadie ha comprendido que las y los electores han evolucionado y que quieren, más que a una partidaria demócrata, a una real demócrata y votarán por una persona que les entienda y que coinciden con ella, más que por un partido político. Debemos recordar que solo mejorando los miembros de los partidos será como se salvará el sistema de partidos, no disolviéndolos. 

POR ADRIANA SARUR 

COLABORADORA   

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM  

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