Afirmar que desde afuera se presenta el tema de seguridad como uno de los principales problemas de México parecería superfluo, pero los grados de preocupación parecen cada vez mayores.
"En México, la seguridad y la recuperación económica están entrelazadas", afirmó Allison Fedirka, analista regional del grupo Geopolitical Futures, al anotar que en el país hay un acuerdo general en que los grupos criminales son una amenaza para ambos, pero "nadie está de acuerdo sobre cuál es el mejor camino a seguir".
Para Fedirka, el mayor problema que enfrenta el gobierno es el poder que los grupos criminales organizados han logrado acumular en diversas regiones del país, aunque recordó que la existencia de poderes locales o regionales no es nueva en la historia de México.
Siempre, según esa visión, los cárteles se vieron beneficiados cuando una redefinición de la relación entre gobierno y Fuerzas Armadas llevó a la deserción de militares durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006). La pandemia de COVID 19 les permitió también ampliar su influencia local y llegar de hecho a comunidades remotas del país.
"Los grupos del crimen organizado controlan ahora grandes porciones de las economías formal e informal", anotó el texto, que hizo hincapié en que mientras aún participan en actividades ilícitas como el tráfico de personas, armas y narcóticos, "funcionan cada vez más como corporaciones multinacionales". En la economía formal, agregó, "tienden a funcionar como complementos de los servicios gubernamentales".
De acuerdo con el análisis, los cárteles tienen numerosas vías de acceso, participación y control de economías locales, mientras "a nivel nacional, imponen impuestos y cuotas a las industrias del aguacate y el limón, e incluso han logrado avances en el mercado de la cerveza".
Esa presencia "plantea un nuevo nivel de amenaza" para el país, toda vez que plantea preguntas sobre el control de la economía.
"Políticamente, existe consenso en que recuperar el control de la economía es esencial para la recuperación económica y requiere redefinir el papel del crimen organizado en el país". Sin embargo, considera que hay división en los círculos de poder respecto a la mejor estrategia para lograr ese objetivo.
Las dos principales precandidatas a la presidencia representan esa división.
En el análisis de Fedirka, "la lucha contra el crimen organizado busca responder una de las preguntas más fundamentales de México: ¿Puede el gobierno encontrar una manera de tener control total de su territorio y economía a pesar de la geografía e historia del país? La estrategia de Morena esencialmente quiere trabajar dentro de esas limitaciones, mientras que la otra cree que México puede salir de sus limitaciones, si está dispuesto a pagar el precio".
Y hay además otras variables. De hecho, la propia analista hizo notar que en ambos casos, quedarían sujetas "a los caprichos de la implementación política".
POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
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