Xi Jinping enfrenta desafíos internos en el Partido Comunista Chino después de conseguir un tercer mandato como Presidente. Ha eliminado facciones rivales dentro del PCC, reduciendo su influencia. Con poca oposición, Xi Jinping se encuentra en un momento único en la historia reciente de China. Sin embargo, la economía de ese país enfrenta complicaciones y las preocupaciones aumentan en todo el mundo. La moneda china, el yuan, ha alcanzado su valor más bajo en 16 años, lo que forzó al Banco Central chino a llevar a cabo un aumento sin precedentes de las tasas de interés.
La crisis inmobiliaria continúa intensificándose y las preocupaciones crecen. Evergrande, un gigante de la industria, está al borde del colapso, poniendo en riesgo muchos elementos a su alrededor. Los precios de las acciones de la empresa se han desplomado alrededor de 87% en la Bolsa de Hong Kong. Los accionistas han incurrido en una pérdida de 33,000 millones de yuanes (4,500 millones de dólares) en los primeros seis meses de 2023.
La imposibilidad de cumplir con esta deuda podría crear una "gran tormenta" en el sector financiero del país.
Xi Jinping se enfrenta a un dilema desafiante. La economía china, de momento, depende más de las inversiones que del consumo. Para estimular el crecimiento, es posible que necesite promover agresivamente el consumo. Sin embargo, a pesar del acceso restringido a la información, la población está consciente del aumento de las tasas de interés y de las tasas de desempleo, limitando el consumo e incentivando el ahorro doméstico. Las inversiones en propiedades, edificios, aeropuertos, carreteras, etc., han excedido su utilización, lo que ha resultado en proyectos inactivos, deudas y poco o ningún retorno económico.
Xi enfrenta una elección difícil: recurrir a las reservas, aumentar significativamente la deuda interna e implementar programas de estímulo para la población, o bien, aceptar que el crecimiento chino se está estancando, lo que resultará en cambios significativos en la economía del país y, por ende, en el mundo. Xi aspira a transformar a China a una economía impulsada por el consumo en lugar de inversión. Sin embargo, estimular el consumo en una sociedad nominalmente comunista es complejo. La sociedad buscará en el gobierno señales de que el gasto de hoy no faltará mañana. El gobierno debe apoyar estructuralmente el proceso de consumo y garantizar que los beneficios básicos de salud, educación y jubilación estén seguros. Con el aumento del desempleo debido a la reducción de las inversiones internas en infraestructura y el sector inmobiliario, la percepción social de que el consumo es necesario se vuelve todavía más desafiante.
Las medidas de estímulo implementadas por el gobierno hasta ahora han dado resultados insuficientes, aumentando el pesimismo de los inversionistas en torno a los mercados chinos. Estas medidas de estímulo han tenido como objetivo lograr un equilibrio entre ayudar a los consumidores, sin alienar a los bancos comerciales que enfrentan desafíos de deuda y presionar a los gobiernos a nivel provincial para que aborden los problemas de deuda y consumo locales. Ciudades como Shenzhen y Guangzhou han implementado medidas de flexibilización hipotecaria para ayudar a los compradores y apuntalar el crecimiento de un debilitado sector. Sin embargo, estas ciudades actúan como prueba piloto para los esfuerzos de recuperación local y las proyecciones indican que serán necesarias mayores medidas de estímulo nacionales.
Una China que invierte menos en infraestructura significa una China que importa menos cemento, mineral de hierro y otros insumos. Esta reducción en la demanda tiene un impacto importante en países exportadores como Brasil, Indonesia, Pakistán y Vietnam. El mundo se debe preparar para un gran cambio en el comercio global. En ese sentido, es importante monitorear las repercusiones de estas tendencias en los principales mercados de América Latina. En toda esta región, los países y gobiernos han estado ansiosos por reactivar su vibrante comercio con China.
Paradójicamente, un mercado interno en crisis puede respaldar las inversiones y las exportaciones en el exterior. Esto es particularmente importante en América Latina, donde China y sus empresas estatales han seguido aumentando su participación en el sector energético, particularmente aquél relacionado con minerales críticos como el litio, líneas de transmisión de electricidad y vehículos eléctricos. BYD, junto con otros fabricantes de autobuses y vehículos personales, ha dominado el crecimiento en el despliegue de vehículos eléctricos en la región. De hecho, casi todos los buses eléctricos nuevos que circulan en Santiago, Chile, y Bogotá, Colombia, son chinos.
Los problemas económicos y políticos internos de China no sólo crean oleadas de impacto en las economías latinoamericanas. Las tensiones geopolíticas entre EU y China también sitúan a América Latina en el epicentro de esta disputa.
Si bien las inversiones económicas y políticas de China en América Latina sin duda han remodelado las dinámicas de la región, la rivalidad actual entre China y Estados Unidos añade otra capa de complejidad a esta relación. Mientras las dos potencias globales compiten por influencia, América Latina se encuentra en la encrucijada de esta nueva Guerra Fría, con sus propios intereses y aspiraciones dando forma al resultado.
ENGLISH
China’s Consumption Challenge – Why It’s Important for Latin America
Xi Jinping faces internal challenges within the Chinese Communist Party after securing a third term as president. He has eliminated rival factions within the party, reducing their influence. With little opposition, Xi Jinping is at a unique moment in recent Chinese history. However, the Chinese economy is struggling, with concerns mounting worldwide. The Chinese currency, the yuan, has reached its lowest value in 16 years, leading the Chinese Central Bank to unprecedentedly increase interest rates.
The real estate crisis continues to escalate, with worries mounting. Evergrande, a giant in the industry, is teetering on the edge of collapse, putting everything beneath it at risk. The company's stock prices plummeted by around 87% today on the Hong Kong Stock Exchange. Shareholders have incurred a loss of 33 billion yuan ($4.5 billion) in the first six months of 2023.
The inability to fulfill this debt could create a "major storm" in the country's financial sector.
Xi Jinping is faced with a challenging dilemma. The Chinese economy relies more on investments than on consumption. To stimulate growth, Xi Jinping may need to aggressively promote consumption. However, despite restricted access to information, the population is aware of increasing interest rates and unemployment rates, limiting consumption and saving salaries. Investments in properties, buildings, airports, roads, etc., have exceeded their utilization, resulting in idle projects, debts, and little to no economic return.
Xi faces a difficult choice: either dip into reserves, significantly increase domestic debt, and implement stimulus programs for the population or accept that Chinese growth is plateauing, resulting in significant changes to the country's economy and the world. Xi aims to transform China into a consumer-driven economy rather than an investment-driven one. However, stimulating consumption in a nominally communist society is complex. Society will look to the government for signs that today's spending will not be lacking tomorrow. The government must structurally support the consumption process and ensure that basic healthcare, education, and retirement benefits are secure. With increasing unemployment due to reduced internal investments in infrastructure and the real estate sector, the social perception that consumption is necessary becomes more challenging.
Stimulus measures implemented by the government up to now have yielded insufficient results, increasing investor pessimism surrounding Chinese markets. These stimulus measures have been intended to strike a balance between assisting consumers without alienating commercial banks facing debt challenges, placing pressure on provincial-level governments to address local debt and consumption problems. Cities such as Shenzhen and Guangzhou have implemented mortgage easing measures to aid buyers and shore up growth in the nation’s ailing real estate sector. However, these cities act as a trial run for local recovery efforts and projections indicate that more sufficient national stimulus measures will be necessary.
A China that invests less in infrastructure means a China that imports less cement, iron ore, and other things. This reduction in demand has a major impact on exporting countries like Vietnam, Pakistan, Indonesia, and Brazil. Brace yourselves for a heavy shift in global trade. The repercussions of these trends are important to monitor for most of Latin America’s major markets. Across the region, countries and governments have been eager to revive their vibrant trade with China and reset their uneven post-pandemic recoveries.
An ailing internal market may paradoxically support outbound investment and exports. This is particularly important in Latin America where China and its state-owned enterprises have continued to increase their stake in the energy sector related to critical minerals such as lithium, electricity transmission lines and electric vehicles. BYD, along with other manufacturers of buses and personal vehicles, has dominated the growth of EV deployment in the region. Almost all the new electric buses circulating in Santiago and Bogota are Chinese.
China’s internal economic and political issues does not only create waves of impact over Latin American economies. The geopolitical tensions between the US and China also puts Latin America at the epicenter of this dispute.
While China's economic and political investments in Latin America have undoubtedly reshaped the region's dynamics, the ongoing rivalry between China and the United States adds another layer of complexity to this relationship. As the two global powers vie for influence, Latin America finds itself at the crossroads of this new Cold War, with its own interests and aspirations shaping the outcome.
Thiago de Aragão
CEO DE ARKO INTERNATIONAL
@ThiagoGdeAragao
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