Una escena trágica se vivió en la localidad de Azoyatla, en el municipio hidalguense de Mineral de la Reforma, donde un sujeto le arrancó la vida a cuatro personas e hirió de gravedad a una más.
Los hechos ocurrieron durante la mañana del 5 de febrero, cuando el presunto responsable, identificado como Marco Antonio “G”, se encontraba al interior del domicilio de quien había sido hasta hace unos meses su pareja sentimental.
De acuerdo con las primeras indagatorias, el presunto responsable, quien hasta octubre pasado se desempeñaba como policía del municipio de Mineral de la Reforma, se encontraba bajo el influjo de bebidas alcohólicas cuando atacó con un arma punzocortante a su expareja, a su exsuegra, exsuegro y su excuñado, además de otra persona. Cuatro de ellas perdieron la vida.
Al darse cuenta del múltiple asesinato que había cometido, Marco Antonio “G” decidió abandonar la escena del crimen, hasta donde llegaron minutos después autoridades y paramédicos, quienes certificaron la muerte de tres víctimas y trasladaron, malheridos, a dos lesionados. Uno de ellos murió en el hospital.
Persiguen y capturan a expolicía
Marco Antonio “G” intentó evadir la acción de la Policía local huyendo hasta una caseta de seguridad en la localidad de Nopalapan, en el vecino municipio de Epazoyucan, ataviado con un uniforme de seguridad privada.
Allí, el presunto feminicida amagó con suicidarse, pero fue rápidamente reducido por agentes de la Policía Municipal de Mineral de la Reforma, quienes lo pusieron en custodia y lo trasladaron ante el Ministerio Público.
Había sido denunciado por violencia intrafamiliar
Rosaura “N”, una de las víctimas mortales de Marco Antonio “G” y quien fue su pareja sentimental, denunció en varias ocasiones ante las autoridades que sufría de violencia intrafamiliar.
En octubre pasado, Marco Antonio “G” había sido internado en el penal de Pachuca, donde pasaría su proceso judicial por los delitos de violencia familiar y secuestro, ambos en contra de Rosaura “N”, de 25 años de edad.
Sin embargo, una juez local decidió liberarlo en noviembre. Aunque durante su proceso judicial y su estancia en prisión mantuvo su trabajo como policía municipal, tuvo que renunciar a mediados de noviembre pasado. Desde entonces, ejercía como guardia privado.
El proceso judicial iniciado por Rosaura, quien era profesora de un preescolar y señaló en varias ocasiones tener miedo de algún ataque por parte de su expareja, seguía su curso, con una audiencia programada para marzo.
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