COLUMNA INVITADA

Níger en el siglo XXI: un vistazo al neocolonialismo y extrema pobreza

Esta nación africana, es la menos desarrollada del mundo, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que como se sabe, es un indicador elaborado por Naciones Unidas que combina tres parámetros para su composición: la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo de la población y el PIB per cápita

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Níger es un país situado en África occidental que limita con 8 naciones alrededor de sus fronteras:  Argelia, Libia, Chad, Nigeria, Benín, Burkina Faso y Malí. Tiene una extensión de aproximadamente 1,267,000 kilómetros cuadrados y cuenta con una población muy diversa y multiétnica con más de 20 grupos totalmente distintos unos de otros. La mayoría de su gente sigue practicando el Islam, aunque existen otras religiones que también son cultivadas por su población.

Este territorio tiene un sistema de gobierno presidencialista, lo que significa que el ejecutivo es el jefe de Estado y a su vez, de gobierno. El país está dividido en siete regiones y una capital: cuyo nombre es Niamey. Níger, también, es miembro de organizaciones internacionales como la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS), lo que la convierte en una demarcación ampliamente monitoreada en el contexto regional e internacional.

Por desgracia, esta nación africana, es la menos desarrollada del mundo, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que como se sabe, es un indicador elaborado por Naciones Unidas que combina tres parámetros para su composición: la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo de la población y el PIB per cápita. En todos y cada uno de estos rubros, cualquier ciudadano de este país, estaría ubicado en el último lugar a nivel mundial.

¿Quién hubiera pensado que desde que los franceses llegaron hace 120 años en su penetración hacia el interior de África en donde, en aquel entonces, habitaban unas 600 almas, las cosas no cambiarían tanto en lo económico, pero si en lo poblacional? Y es que, desde aquellos tiempos, la ciudad no ha dejado de crecer con la constante llegada de personas procedentes del interior del continente, que huyen, sobre todo, del hambre y de la sequía, además de un incesante crecimiento demográfico producto de los propios habitantes que habitan ese lugar. Los desordenados barrios de la periferia son la mejor prueba, de esto.

En Níger, casi la mitad de su población tiene menos de 15 años y el 50% de estos, no asisten a la escuela. En el ámbito educativo, la paridad de género sigue siendo un reto lejano por alcanzar, debido a los problemas de seguridad para acceder a las escuelas y al matrimonio infantil. En este ambiente societal, el 76% de las niñas, se casan antes de cumplir los 18 años y el 38%, se convierten en novias a los 15. Dicha práctica por sorprendente que pareciera está sustentada por el Código Civil de aquel país, y, aunque la edad legal para contraer matrimonio se alargó a los 21 años, no hay sanciones para quienes la incumplan, siempre que se cuente con el consentimiento de los padres.

Junto con el analfabetismo generalizado, Níger es a su vez, uno de los países más fértiles del mundo con una mortalidad de casi el 50%, una consecuencia de la falta de seguridad y garantías sanitarias para la población. Sus más de 20 millones de habitantes sobreviven con apenas dos dólares diarios y su principal fuente económica, es la agricultura de subsistencia y el conreo de cebollas. Sin embargo, esta nación limítrofe entre el Magreb y el África subsahariana, es uno de los Estados más ricos en uranio, petróleo y oro, siendo estos los materiales más exportados a: Francia, Arabia Saudí y China. En la producción de estos minerales ocupa la 7ª posición a nivel internacional, lo que llama poderosamente la atención, ya que esta realidad no concuerda con sus niveles de escasez y pobreza extrema.

Níger es una nación atrapada entre el tiempo, la desesperanza y la confluencia de intereses económicos, religiosos y por supuesto políticos. A lo largo de su pequeña historia como nación independiente se ha convertido en el paso obligado de miles de migrantes que buscan llegar a Europa y lo hacen mediante el tránsito de sus fronteras. El resultado de ello ha sido una constante inestabilidad política y social cómo la pobreza, la migración, la salud y la inseguridad.

En estas coordenadas geográficas pareciera que la época de la colonización no hubiera acabado y Francia siguiera dominando territorial y militarmente a esta pequeña nación. La razón de todo ello se debe a lo que, desde hace siglos, ha sido el motor de la historia humana, la dominación del hombre por el hombre sigue siendo la principal motivación y moneda de cambio del pueblo francés para mantenerse en la permanente ocupación de este pequeño país.

Para Francia perder la patria potestad de África subsahariana y central sería una catástrofe, ya que, aunque oficialmente han dejado de ser sus colonias, desde hace muchas décadas; en la práctica, siguen utilizando su moneda como método de pago y garantía para todas sus transacciones económicas. Y lo que es peor, para cualquier operación económica que deseara hacer cualquier nación como Mali o Níger, deberían tener la aprobación de París para poder completar cualquier transacción de este tipo, lo que muestra con claridad, que no existe una democracia real en estos territorios, ni una independencia de iguales características, sino más bien, una simulación de libertades económicas y políticas por parte de Francia, para seguir controlando a la región y administrando sus recursos naturales como el Uranio, el hierro o el oro, a través de empresas como Total Energies, para su beneficio.  

El problema con este fenómeno es que, como toda etapa en la historia de la humanidad, siempre existe un final y aunque a Francia no le guste, la separación de la mayor parte de las naciones africanas de su manto protector es un acto que sigue ganando adeptos en aquellas coordenadas geográficas. Por si esto fuera poco, grandes porciones de la población de estos países han salido a manifestar su apoyo hacia Rusia y la continuidad de sus operaciones económicas y diplomáticas con estos países, al considerar que son más respetuosos de sus libertades que los franceses, a quienes consideran, solo un país, que quiere seguir imponiéndoles un sistema político y económico ajeno a sus necesidades y su cultura.

Lo paradójico de esta situación, es que al igual que Kalingrado una pequeña ciudad ubicada en el mar Báltico entre Lituania y Polonia (que desde 1946, ha sido denominada como un pequeño territorio de Rusia fuera de sus fronteras), ahora pareciera que es África y muchas de sus naciones, las que le darían una ventaja crucial en la definición por el traslado de mercancías y explotación de recursos naturales y minerales a Rusia en su guerra contra occidente. Y es que esta reacción de parte de los nigerinos, marfileños, o cualquier otro habitante de las excolonias francesas tiene raíces muy profundas de dolor y descontento social. En su haber se pueden encontrar historias de sobornos a las élites de varios países de ese continente por parte de Francia para seguir controlando política y económicamente a la región, o inclusive, asesinatos de líderes opositores a los regímenes pro-franceses.  Por si esto no fuera suficiente, la existencia de más de mil tropas galas en territorio africano dice mucho de la posición autoritaria que en realidad busca imponer el país europeo en la demarcación.

Francia no tiene ninguna mina de oro en su territorio, pero lo paradójico de ello es que es el 4º país con mayores reservas de este mineral, ¿Cómo entonces se hizo de toda esta riqueza?

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES

PRESIDENTE DEL INAP

LSN