Desde Afuera

La guerra privada de Greg Abbott

Texas y México son importantes el uno para el otro, tanto por el número de mexicanos y mexico-estadounidenses que viven ahí como porque más de la mitad del comercio entre México y Estados Unidos pasa por ahí

La guerra privada de Greg Abbott
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Allá por abril o mayo de 1985 y para presionar al gobierno mexicano en el caso del secuestro y asesinato del agente antinarcóticos estadounidense Enrique "Kiki" Camarena, el entonces director de la Oficina de Aduanas de los Estados Unidos, William von Raab, ordenó una operación que frenó el comercio fronterizo a tal grado que, según la leyenda obligó a su jefe, el Secretario del Tesoro James Baker, un texano, a demandar que informara antes de declararle la guerra a otro país. 

El gobernador de Texas, Greg Abbott, parece empeñado en su propia pequeña guerra privada con el gobierno federal de los Estados Unidos con México enmedio, a través de su "Operación Estrella Solitaria" para detener la llegada de inmigrantes indocumentados y drogas, que ha costado a Texas unos 10 mil millones de dólares y creado más problemas que los que ha resuelto.

Texas y México son importantes el uno para el otro, tanto por el número de mexicanos y mexico-estadounidenses que viven ahí como porque más de la mitad del comercio entre México y Estados Unidos pasa por ahí.

El operativo fue visto desde su inicio, hace dos años y medio, como un vehículo para la reelección de Abbott como gobernador –el año pasado– y hasta como parte de una eventual campaña por la candidatura presidencial republicana.

Pero si sus intenciones fueron frenadas la "Operación Estrella Solitaria" continúa, aunque cada vez es más cuestionable. Tanto que el gobierno federal estadounidense la considera como un desafío y cuestiona su legalidad, incluso la autoridad para instalar barreras en el río Bravo. Un reciente editorial del diario Austin American Statesman, la calificó como "mala idea" y "cruel locura". 

Pero ha servido como propaganda, y los gobiernos republicanos de Dakota del Norte, Idaho, Nebraska, Iowa, Virginia Occidental, Ohio, Oklahoma, Carolina del Sur y Mississippi, se "adornen" con el simbólico envío de tropas de sus respectivas Guardias Nacionales para ayudar a "interceptar" drogas.

Los logros parecen cuestionables, y hay dudas sobre su impacto real en el flujo de indocumentados y narcóticos, en especial fentanilo que, de acuerdo con datos estadounidenses, entran más por los puertos de entrada oficiales que por rutas clandestinas.

Lo que sí, la operación ha hecho recordar el pasado "negro" del Departamento de Seguridad Pública de Texas, cuando, según la historia, sus "Rangers" asesinaban impunemente a personas de origen mexicano.

En junio pasado, el gobierno de Abbott ordenó la instalación de grandes boyas con alambre de púas en una parte del río Grande, entre Eagle Pass y Piedras Negras. Al menos dos personas han muerto en esa barrera y el gobierno federal estadounidense demandó su retiro, por considerar que Abbott excede su autoridad y de hecho usurpa funciones.

Pero Abbott está empeñado en una guerra personal, tal vez con miras a su futuro político. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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