UN MONTÓN DE PLATA

Alarido de ego de AMLO en Coatzacoalcos

Le quiere gritar al mundo que él y su gobierno son tanto o más capaces de operar una línea ferroviaria, y lo pueden hacer mejor que el sector privado

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El fondo y la esencia de la toma que hizo el gobierno del presidente López Obrador de la operación ferroviaria de Ferrosur en la zona de Medias Aguas a Coatzacoalcos es un puro tema de ego: AMLO le quiere gritar al mundo que él y su gobierno son tanto o más capaces de operar una línea ferroviaria, y lo pueden hacer mejor que el sector privado, a quien nunca debió concesionársele ese tramo. 

¿Qué tan sólidos son los argumentos tiene el Presidente para expropiar el tren como lo hizo el viernes? La verdad, son muy débiles. Dijo AMLO que la negociación con la empresa se estancó, que querían una indemnización de $9 mil 500 millones de pesos y que ya ni le contestaban los telefonemas al secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Mal asesorados por abogados caros, de los que cobran por hora, dijo el Presidente, los directivos del grupo de Germán Larrea optaron por la intransigencia. 

Pero, ¿hay una amenaza a la seguridad nacional en esa zona del país? No, y el Presidente nunca lo ha mencionado. ¿Existió violación al título de concesión, incumplimiento de cláusulas o se puso en riesgo a la población civil por malas prácticas operativas de parte del concesionario? Tampoco, y el Presidente tampoco lo ha mencionado. ¿Estorbaba Grupo México la posibilidad de que se materializara el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo? Tampoco, no hubo ninguna mención al respecto. 

¿Por qué entonces la Marina toma las instalaciones de una empresa privada que está cumpliendo cabalmente con sus contratos y obligaciones? Simple y sencillamente por el capricho de una persona: el Presidente, quien lanza un alarido con esta acción para espetar al mundo que su grupo en el poder también puede operar una línea ferroviaria de carga, y eventualmente de pasajeros. No hay otra razón. Es sólo el ego del autoritario que quiere decirle al mundo ‘nosotros también podemos’. 

La decisión de López Obrador conlleva riesgos. Por un lado, el efecto inmediato negativo es que cualquier inversionista puede sentir el terreno fangoso que se pisa en México por haber cambios a las reglas del juego a medio camino, incluso operando bien un negocio concesionado. 

En adición, hay riesgos de naturaleza operativa. Si en las siguientes semanas la toma de las instalaciones se convierte en definitiva los marinos estarán operando trenes, patios y contenedores llenos de químicos, materiales peligrosos y sustancias tóxicas, que son altamente comunes en esa línea de tren. Veremos. 

MIGRACIÓN 

El Presidente tendió la mano a los migrantes centroamericanos en México al afirmar ayer que expedirán visas de trabajo para personal capacitado del sector construcción, para que laboren en obras públicas. Es la primera respuesta formal a la carencia de mano de obra calificada que solo tendrá solución con los migrantes. Bien.

POR CARLOS MOTA
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