Columna Invitada

El México que creen que nos hemos robado

El nuevo estatus poblacional, debe exigir mejores opciones en cuanto a educación, igualdad, economía, respeto en el trato social y cultural, para inocular anhelos legítimos, en nuestra generación y en la siguiente

El México que creen que nos hemos robado
Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de México Foto: Especial

En un intento por aparentar que la clase media se robó el México que les tocaba a las personas que han sufrido pobreza. Se ha polarizado al país, pero debemos saber que esto se plantea bajo la sombra de una premisa dolosa, es por ello, por lo que una explicación minuciosa, puede dejar de lado cualquier malentendido.

La clase media es la que ha salido adelante, dejando atrás la pobreza, y circunstancias muy difíciles, esto debido a que a partir de los años treinta se establecieron políticas públicas reguladas, de forma acertada, donde se creó un sistema de salud pública, con un mecanismo de vacunación gratuito y universal. Se adicionaron vitaminas y minerales a los productos base de la alimentación mexicana, como la tortilla y la leche. Se estableció el sistema de justicia con personajes de alto bagaje cultural y de conocimientos; y se cobijó y protegió, a miles de migrantes refugiados; como españoles, chilenos, argentinos y de muchos otros países, quienes alimentaron el sistema social, cultural, económico y educativo mexicano, a través de la creación de institutos o incrementando el valor cognitivo, y de calidad de nuestro país; siendo punta de lanza en la educación gratuita y privada de México, dieron píe a la diversidad del pensamiento mexicano con lo cual se fundaron las bases democráticas de nuestra nación.

Consecuencia de lo anterior, millones de personas de antaño y en la actualidad que partieron de la carencia, como único piso parejo, lograron ascender a la clase media, y formar entornos mucho mejores en lo individual, así como con relación a sus descendientes. 

El argumento entonces, de que todo el México que superó el estigma de la pobreza, ha arrebatado el bienestar que corresponde a millones de pobres de este país, pierde sentido cuando se conoce que los factores reales que conducen a la pulverización social, están vinculados a políticas públicas erróneas, que fomentan la precarización de los trabajos, mediante la sobrerregulación a salarios y empresas, recortan presupuestos a la educación de todos los niveles, obstaculizan la operación de la salubridad, que exacerba enfermedades prevenibles, y no frenan con planes específicos, la enorme inseguridad, por la que atraviesa el país. 

Por lo tanto, ya que la retórica es incapaz de ser honesta, y pretende culpar a la ciudadanía que se ha esforzado en solucionar, por sus propios medios, los embates de las visiones únicas del poder, se hace necesario exponer la inutilidad de estas ayudas sociales, que son la piedra angular del deterioro del engranaje que se había formado, para que la población pudiera salir de la pobreza. Lo cual se demuestra mediante, los propios informes gubernamentales, que en 2019, previo a la pandemia,  destinaron a la inversión social a programas para el bienestar 106,376 millones de pesos reales (mdp), y para 2022 de 194,672 mdp, lo que fue equivalente a un crecimiento de 83% en este periodo. DOF - Diario Oficial de la Federación. Resulta claro entonces, que el adelgazamiento de la clase media, de 9.3% en el ámbito rural y 8.0% en el urbano. Fueron precedidos del incremento de ayudas sociales que desbancó el proceso de ascenso social. 

En estas circunstancias, paliar la deficiencia de contenido estructural, que impide el progreso, no se va a realizar desde el ámbito público, por lo que será necesario dar pasos a partir de las construcciones familiares y comunitarias, que están obligadas a fortalecer el tejido social, como escudo para protegernos de la voracidad del poder sin sentido, que hoy se agudiza notablemente, y que ha aumentado las brechas de desigualdad, en entornos de cohesión y crecimientos sostenidos económicamente que antes creíamos seguros, transformando a la pobreza en un riesgo probable.

Por lo tanto, el esfuerzo y sacrificio deben ser alicientes, para que nuestra sociedad pueda resistir y superar condiciones difíciles. El valor deberá ser el ingrediente que debemos generalizar como algo común, y no excepcional, para erradicar una subcultura de la dependencia social económica que conlleva a la involución. 

El nuevo estatus poblacional, debe exigir mejores opciones en cuanto a educación, igualdad, economía, respeto en el trato social y cultural, para inocular anhelos legítimos, en nuestra generación y en la siguiente. De esa forma cualquier ideología que pretenda dividir, no tendrá posibilidad de prosperar, en un ambiente de unión multisocial y cultural.

Recordemos México es grande, porque vivimos en este espacio y tiempo, donde nos une la misma cultura, la misma comida, el mismo arte, pero también donde lloramos miles de tragedias, ausencias y pobrezas que queremos dejar atrás.

POR SARA MORGAN

@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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