El economista mexicano Agustín Carstens, cabeza del Banco Internacional de Pagos (BIS), recibió ayer en Madrid el Premio de Economía Rey de España, una de las más altas distinciones a las que puede aspirar un economista en Iberoamérica. Carstens merece eso y más. Se trata de uno de los economistas vivos más completos del mundo, con sensatez, trayectoria, experiencia y sensibilidad. Su responsabilidad actual en el BIS lo muestra a diario.
Carstens pronunció un discurso potente, lleno de anécdotas, pero también de reflexiones clave sobre la economía.
Inició su carrera en el Banco de México tras estudiar economía en el ITAM. En Banxico laboró en el área cambiaria en los años 80, donde experimentó “una experiencia traumática”.
Desde finales de los setenta y hasta septiembre de 1982, México acumuló múltiples desequilibrios macroeconómicos que culminaron con el agotamiento de las reservas internacionales, el abandono de la fijación cambiaria, la imposición de un control generalizado de cambios, incumplimientos en nuestra deuda externa y la nacionalización del sistema bancario”.
Ese fue el shock con el que crecimos los adultos de hoy. Agustín lo vivió desde adentro y lo marcó de por vida.
Carstens relató episodios personales al frente de diversas carteras económicas en México y en organismos como el Fondo Monetario Internacional.
Durante su discurso se planteó la pregunta de cuál era el elemento que transversalmente aparecía en toda su vida como indispensable para arrojar políticas públicas exitosas.
Su respuesta fue que la confianza, y puso tres ejemplos esenciales para comprenderla: (1) la confianza que pone la sociedad en el dinero fiduciario emitido por el banco central; (2) la confianza que imprimen las autoridades monetarias con sus esquemas para controlar la inflación; y (3) la confianza que debe existir en el sistema bancario de los países.
Agustín no se anduvo por las ramas. Subrayó que “tener un buen grupo de economistas técnicamente solventes, pero también expuestos a las trincheras de los mercados, es de vital importancia”, para más adelante advertir que “para tener un sistema monetario y financiero estable, es indispensable que se preserve la confianza en los tres pilares de la política macrofinanciera de un país, a saber, la política monetaria, la fiscal y la de regulación y supervisión de la actividad financiera.”
En su sencillez, el exgobernador de Banxico aseguró que sí es posible “destacar como mexicano en el ámbito internacional con base en el trabajo dedicado y el aprendizaje continuo”. Es un grande.
BANQUEROS
La Asociación de Bancos de México que preside Daniel Becker lanzó un robusto paquete de cursos sobre los Principios de Banca Responsable para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de estándares globales.
POR CARLOS MOTA
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