Ocupar las reglas democráticas para ganar y ya en el poder, intentar cambiarlas, además de antidemócrata, compromete la congruencia. Hoy, sin discusión pública informada se atenta contra la institución que organiza las elecciones, polarizando la opinión ciudadana desde Palacio Nacional
Los ataques e intentos por debilitar al INE, no están dirigidos a un partido político en específico, sino a todo el sistema político que se ha construido al paso de los años, pues es la institución que impide volver a la época de un solo partido ganador en las elecciones.
Actualmente, nuestros derechos políticos están en manos de personas profesionales y capacitadas, pero el movimiento antidemócrata y su llamado Plan B, quiere eliminar casi el 85% del personal de carrera del INE, desplazando de sus empleos a cientos de personas.
Organizar elecciones y garantizar nuestros derechos políticos es un proceso complejo, por ejemplo, el día de la elección, mientras la ciudadanía encargada de casillas vigila que los votos sean respetados, el personal del Servicio Profesional Electoral mediante el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y el sistema de Conteo Rápido dan certeza del avance en el conteo de votos y de los resultados.
Sin embargo, el trabajo no termina ahí, también vigila que los recursos que utilizan los partidos políticos no se obtengan de manera ilegal, y garantiza las mismas oportunidades de participar en la competencia electoral a todas las personas. No es casualidad que por ahí venga el golpe.
Los tiempos de la Comisión Federal Electoral que seguía órdenes directas del presidente y organizaba las elecciones, terminaron cuando el pretexto de la caída del sistema no fue suficiente para calmar el enojo ciudadano que pedía respeto a sus decisiones. Pero hay quienes desean profundamente que esto vuelva a ser así, y olvidan el encendido animo que aún permea en la
ciudadanía para defender sus derechos.
Como aquel sistema creado por Guillermo González Camarena, que permitió transmisiones a color en la televisión, hoy el INE con su enorme labor, permite ejercer una democracia plural y de muchos colores que los antidemócratas nos quieren vender a blanco y negro.
La sociedad ya fue contundente en las calles, la mezquindad del presidente no le permitirá hacer uso de su derecho de veto; por lo que toca el turno a la Suprema Corte, y ahí serán desmanteladas las violaciones a nuestra democracia.
Vamos a confiar en la Corte y sobre todo en la Constitución.
Gaby Salido
@gabysalido
MAAZ