Emmy Noether significó la culminación de una milenaria lucha de las mujeres matemáticas para ganarse un lugar en la ciencia. María Gaetana, Grace Murray, Julia Bowman, Sofía Covalewskaya, y la pionera Hipatia de Alejandría, son algunas de las protagonistas de una saga extraordinaria.
Este 11 de febrero se celebró el “Día Internacional de la mujer y la niña en la ciencia”. Aún hoy en México solo el 3% de las profesionistas en ciencia y tecnología son mujeres.
Amalie Emmy Noether nació en 1882 en Erlangen, Alemania. Como alumna oyente, ya que era mujer, fue una de las dos estudiantes entre mil hombres que estudiaron en la Universidad de Erlangen, donde su padre Max se desempeñaba como profesor de matemáticas.
Se doctoró con el tema de las invariantes algebraicas, por lo que el célebre matemático David Hilbert la recomendó para estudiar en la Universidad de Gotinga.
Cuando el claustro de maestros se opuso a que entrara una mujer Hilbert dijo que la gran universidad de Gotinga no era una baño sauna de hombres para excluir a las mujeres.
En 1915 aportó el llamado Teorema de Noether, hoy conocido como el “Teorema más hermoso del Mundo”.
Entre muchas otras, una de las aportaciones más importantes de Noether, fue vincular en 1915 de manera simétrica los números enteros que se mantienen invariables aunque sean manipulados de diferentes maneras, con lo que del mismo modo sucede en la Física con la materia que no desaparece, acaso solo se transforma.
Para la Teoría general de la relatividad de Albert Einstein la invariabilidad o conservación de la energía fue la aportación que redondeó sus hipótesis centradas en la conservación gravitacional. Einstein elogió a la científica alemana que también aportó a la física cuántica y a los sistemas de anillos entre operaciones matemáticas, mientras el llamado Teorema de Noether ha sido comparado por algunos de sus followers con el Teorema de Pitágoras, debido a su trascendencia.
Sin embargo, por ser mujer se le negó ser catedrática de manera formal en la universidad de Gotinga, y al ser finalmente aceptada como maestra sustituta se le privó de un salario.
Cuando logró tenerlo Hitler subió al poder y Noether emigró a la Universidad de Princeton en Estados Unidos, donde forjó a decenas de matemáticos.
La antecesora de Emmy Noether más renombrada de la antigüedad fue Hipatia de Alejandría, quien nació en Egipto aproximadamente en el año 355 y no el 375 de nuestra era, comparando edades y testimonios de sus discípulos.
Su grandeza como astrónoma, matemática, filósofa e inventora corre al parejo de su destino trágico, a causa del celo de los teólogos.
Hipatia fue destacada filósofa neoplatónica. Seguidora de Plotino y especialista en historia de las religiones, enseñaba en la plaza pública y en la biblioteca del Museo de Alejandría.
De acuerdo con los testimonios de la Suda, la enciclopedia bizantina del siglo X que se propuso resguardar la sabiduría del mundo conocido, Hipatia mejoró el astrolabio para situar mejor los astros en la bóveda celeste, sostuvo como Aristarco de Samos que
los planetas giran elípticamente alrededor del sol, y elaboró, además, tablas astronómicas.
Como geómetra, matemática y algebrista aportó comentarios y actualizaciones a los “Elemento de geometría de Euclides”; a la “Aritmética” de Diofanto y además de redactar una edición crítica de las “Cónicas” de Apolonio de Pérgamo, inventó un hidrómetro para medir la densidad de los líquidos.
En el año 415 fue víctima de las disputas entre el prefecto imperial de la ciudad Orestes y el patriarca cristiano de Alejandría, Cirilo, que había expulsado de la ciudad a quienes no profesaran sus creencias.
Hipatia fue sacada de su carruaje por una multitud de cristianos, arrastrada y desmembrada antes de ser arrojada a la hoguera.
Paradójicamente Cirilo fue declarado Santo, la biblioteca fue saqueada e Hipatia es la única mujer entre los sabios griegos que figura en el celebrado cuadro de Rafael que ocupa una pared en las galerías del propio Vaticano.
Los nombres a largo de 1500 años de matemáticas brillantes se desgranan.
Gabrielle de Tonnelier; Lucrecia Hershel; Ada King -hija de Lord Byron, precursora de las computadoras-, o mexicanas como la pionera Enriqueta González Baz, y Ana Paula Jiménez, medallista en campeonatos internacionales de Mat.
Sin olvidar a Émilie de Breteuil, la compañera intelectual de Voltaire. Tenía que disfrazarse de hombre para asistir al café de los matemáticos. Tradujo las obras de Newton al francés con el beneplácito del científico inglés, considerándose aún la traducción más relevante a ese idioma. Y se le atribuye haber descubierto que los diferentes matices de color de un prisma no tienen las mismas temperaturas.
En suma, celebremos a Hipatia de Alejandría y Emmy Noether, dos emblemas de las matemáticas, de la lucha de las mujeres para evitar que la ciencia sea un mundo privativo de los hombres.
Miguel Ángel Pineda es autor del libro Temas de teatro y promotor cultural.