¿Para dónde nos movemos?; ¿nos endeudamos más o lanzamos una reforma fiscal tan pronto arranque el nuevo gobierno? Esa es la pregunta de política económica más compleja que tendrán que resolver las candidatas a la presidencia de la República Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez durante los siguientes meses y, más específicamente, lo tendrán que hacer sus asesores económicos, Gerardo Esquivel, por parte de la morenista; y Enrique de la Madrid, Carlos Urzúa e Ildefonso Guajardo, por parte de la opositora.
Lo que no parece es haber espacio para quedar igual, por una sencilla razón: el gasto social se ha disparado, y las necesidades de infraestructura física y energética serán apremiantes a partir del próximo año. En pocas palabras: no hay de otra, se necesitan más recursos. Eso ocurrirá en un contexto en el que el gobierno saliente dejará un peso fuerte, un PIB creciendo, alta recaudación fiscal y una deuda controlada y razonablemente bien manejada.
El viernes, con la presentación del Programa Anual de Financiamiento, Hacienda aseguró que para 2024 se priorizará el endeudamiento interno, así como la contratación de deuda a tasa fija. También dijo que buscará refinanciar más deuda para reducir pagos al siguiente gobierno. Esto significa que Rogelio Ramírez de la O quiere entregar cuentas limpias y no dar ni un motivo a las calificadoras para coquetear con la idea de poner en negativa la perspectiva de la deuda (y mucho menos bajarla).
Hacienda dijo que espera cerrar el sexenio con el porcentaje de deuda externa en 15.3 por ciento, como proporción de la deuda bruta total. Esto ocurre para reducir la exposición hacia la volatilidad.
La gran pregunta, dada la mayor necesidad de recursos, es si el próximo gobierno elegirá alterar este balance —arriesgando la nota soberana en el arranque de la administración contratando más deuda—; o si elegirá una estrategia de recaudación más feroz, para tener más ingresos, en cuyo caso la popularidad de la presidenta se podría erosionar.
No habrá salida fácil a la necesidad de mayores ingresos dados los altos compromisos de gasto social que dejará AMLO. Y si a eso añadimos los subsidios que requerirán los proyectos construidos en este sexenio, y las necesidades de infraestructura, la ecuación se complica: o nos endeudamos más, o cobramos más impuestos.
VISA Y PROSA
La firma de pagos digitales Visa, que encabeza Eduardo Coello en América Latina, anunció que ha adquirido una participación mayoritaria en Prosa, para dar velocidad a la adopción de los pagos digitales en el país. La empresa dijo que Prosa continuará operando como una empresa independiente pero que será potenciada en su alcance a través de nuevas soluciones digitales. Como accionistas minoritarios permanecerán Banorte, HSBC, Santander, Scotiabank, Banjército, etc.
POR: CARLOS MOTA
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