Rumbo político

La guerra sucia contra Claudia Sheinbaum

Esta estrategia ha sido difundida en las plataformas digitales, particularmente en los grupos de WhatsApp

La guerra sucia contra Claudia Sheinbaum
Arturo Ávila / Rumbo Político / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La guerra sucia en las campañas políticas mexicanas persiste como un obstáculo para la construcción de un proceso democrático transparente y constructivo. Recientemente, la precandidata a la presidencia de Morena, Claudia Sheinbaum ha sido el blanco de una campaña negra, caracterizada por la difusión de videos en redes sociales con información falsa, ediciones de audio y voz, descalificaciones personales y ataques. Todos estos ataques reflejan la falta de propuestas sustantivas por parte del bloque conservador.

Esta estrategia ha sido difundida en las plataformas digitales, particularmente en los grupos de WhatsApp y en diversas redes sociales, evidenciando una inversión significativa de recursos. De acuerdo con el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado se han identificado 17 páginas involucradas, algunas incluso con origen internacional. Mario Delgado, ha apuntado a la llegada de Max Cortázar al equipo de Xóchitl Gálvez como el detonante de esta campaña negra, propagada en los Xochilovers, coordinados por la hija de la precandidata.

La historia de la guerra sucia en las campañas electorales en México no es nueva. Recordemos 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador fue víctima de una intensa campaña negativa bajo el lema un peligro para México. En ese entonces, se sembraron dudas y temores entre los ciudadanos sobre la llegada de un presidente de izquierda a la presidencia, sin embargo, la realidad demostró que el verdadero peligro residía en otro lugar, con Felipe Calderón, que tuvo como secretario de seguridad pública a un personaje siniestro vinculado con el Cártel de Sinaloa, con consecuencias desastrosas para el país.

Es importante estar atento a la guerra sucia y denunciar el contenido, ya que la repetición de estas tácticas de propaganda negativa socava no sólo la calidad del debate democrático, sino también la confianza de la ciudadanía en el sistema político-electoral. Es evidente que, ante la carencia de propuestas y posibilidades reales de ganar la elección, la campaña del Frente Amplio ha tenido que recurrir a estrategias desesperadas basadas en el odio y en la descalificación.

La respuesta a este desafío debe ser integral. Los candidatos, nosotros como ciudadanos y los medios de comunicación tienen un papel crucial en la mitigación de los efectos negativos de la guerra sucia. En este contexto, el presidente López Obrador ha señalado con anterioridad el crecimiento del nivel de información y vigilancia de la ciudadanía ante la información divulgada por los medios, señalando al pueblo como menos propenso a la manipulación y comprometido con la búsqueda y preservación de la verdad.

La transparencia, la verificación de hechos y el fomento de un diálogo político constructivo son fundamentales. Un electorado informado y crítico se convierte en la base para fortalecer la salud democrática y para promover elecciones centradas en propuestas y valores, en lugar de ataques personales. El compromiso de todos los actores políticos es esencial para superar este desafío.

Sólo a través de un esfuerzo conjunto se podrá construir un entorno político más sano y confiable, donde la ciudadanía pueda tomar decisiones informadas y fundamentadas. La democracia mexicana merece un debate constructivo, libre de tácticas que erosionen su integridad.

POR: ARTURO ÁVILA ANAYA

ARTUROAVILAANAYA@GMAIL.COM

 @ARTUROAVILA_MX

MAAZ

 

Temas