El sartén por el mango

En política no hay sorpresas sino sorprendidos

La participación del primer mandatario en las mañaneras no parece estar centrada en ayudar a los damnificados en Guerrero, sino en cómo ha crecido su popularidad

En política no hay sorpresas sino sorprendidos
Paz Fernández Cueto / El sartén por el mango / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La llegada de Milei a la presidencia de Argentina confirma una vez más que en política no hay sorpresas sino sorprendidos. Contra todas las predicciones de los analistas políticos basadas en el resultado de las encuestas, la votación del pasado domingo favoreció a Milei dándole un triunfo contundente contra el candidato oficialista Sergio Massa, con una diferencia de 11 puntos porcentuales. La figura de Javier Milei irrumpió en la vida pública de Argentina rompiendo con los esquemas convencionales. Quien se define a sí mismo como un economista liberal, amante del futbol y del rock, supo capitalizar el hartazgo de gran parte de la población ante la situación social y económica que atraviesa el país, enarbolando la bandera de la libertad para ganarse a los jóvenes y entusiasmando a las clases medias cansadas de los políticos corruptos de siempre. Xóchitl también irrumpe como candidata de oposición en el escenario político de México, hace apenas unos meses, aclamada por una buena parte de ciudadanos hartos de las mentiras, del cinismo y de los malos resultados del gobierno de López Obrador. Parte de los incondicionales que conforman el voto duro de Morena, decepcionados por la falta de compromiso con los pobres como lo demostró Otis con los damnificados de Acapulco, no piensan avalar la continuidad de la 4T. 

La participación del primer mandatario en las mañaneras no parece estar centrada en ayudar a los damnificados en Guerrero, sino en cómo ha crecido su popularidad. Parecería que existe una especie de competencia internacional, estilo miss universo, para ver quién es el más popular entre los mandatarios de los distintos países. Muchos dicen ser los más populares, al menos así se lo creen. Lo cierto es que a la hora de la verdad la realidad demuestra otra cosa muy distinta. En democracia lo único que define la popularidad real del candidato es el voto sufragado en las urnas el día de la elección, mientras que las encuestas han demostrado ser poco confiables. Sigue estando muy de moda el arte de engañar con las encuestas. 

Quienes tienen en sus manos la fuerza del poder y se resisten a soltarlo como sucede con López Obrador quien, por más que entregó simbólicamente el bastón a Claudia Sheinbaum no piensa soltar el mando, intentan por todos los medios vendernos la idea de que su candidata es invencible. Para esto se apoyan en los resultados del sondeo de opinión que avalan las encuestas, encuestas que, invariablemente, se inclinan a favorecer a quien les paga. Lo cierto es que a Xóchitl Gálvez la candidata del Frente, cuyo surgimiento inesperado ha puesto muy incómoda a la maquinaria electoral de Morena dirigida por López Obrador, le está costando trabajo encontrar casas encuestadoras que no estén comprometidas, por no decir vendidas al gobierno oficial. A Morena y sus huestes les funciona crear la percepción de que tiene seguro el triunfo, como sucedió en el Estado de México con Delfina Gómez sobre Alejandra del Moral donde los ciudadanos no salieron a votar dándose por vencidos. Recordemos que el partido mayoritario que ganó en México la elección del 2018 no fue Morena sino el abstencionismo. Al gobierno actual le conviene que la gente piense que su voto será inútil, haga lo que haga. ¿Para que ir a votar cuando la elección está ganada de antemano contando con toda la fuerza y el dinero del partido oficial? No caigamos en su juego. La elección de Milei es inspiradora y sugerente para México en vista a las próximas elecciones del 2024. Por más que el partido en el poder y sus satélites apoyen a la candidata impuesta oficialmente por el presidente, por más que utilicen toda la fuerza del estado e incluso desvíen ilícitamente el presupuesto para apoyarla, existe un espacio posible para ubicar una opción disruptiva como Xóchitl, contraria al partido dominante, al que se le puede dar la vuelta si realmente nos la creemos. Claudia después de seis años de campaña ha llegado a su tope. Su personalidad y falta de carisma no le dan para crecer más. Xóchitl apenas arranca con un amplio potencial para rebasar sin problema con todas las cualidades que Claudia no tiene: personalidad, carisma, simpatía, frescura, familia, transparencia, honestidad, además de muchas otras cualidades que el electorado, que no es tonto, le irá descubriendo.  No será la primera vez que la victoria de Xóchitl candidata del Frente, pondrá en evidencia el error de las encuestas. En política no hay sorpresas, lo que habrá en el 2024 serán sorprendidos. 

POR PAZ FERNÁNDEZ CUETO
ESCRITORA, ART DEALER, AMA DE CASA Y MAMÁ
PAZ@FERNANDEZCUETO.COM

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