COLUMNA INVITADA

Llamando a las cosas por su nombre

Lo que el Estado de Israel está perpetrando en Gaza y en Cisjordania, es, genocidio; no ataca a civiles porque los odia

OPINIÓN

·
Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Cuesta trabajo entender el Holocausto, pero resulta más incomprensible que el sionismo lo haya olvidado tan pronto. 

Hoy como nunca, ante la campaña de exterminio emprendida en contra del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania, el lenguaje impuesto por el Estado de Israel y sus aliados occidentales, replicado por sus medios de comunicación, es, por un lado, “la justicia de una causa”, y, por el otro, “la maldad del enemigo”. 

La causa justa del “derecho a la legítima defensa” israelí, supone que los malhechores están del otro lado del muro. 

En su “justa causa”, los crímenes de guerra que el Estado de Israel está cometiendo, no descansan en una categoría especial, sino en la categoría de la familiaridad: ya lo había advertido el Secretario General de la ONU, este conflicto no es un asunto de generación espontánea el 7 de octubre pasado, no hay un vacío: tras de 75 años de vejaciones, 56 de ocupaciones ilegales y el abominable apartheid, ¿qué esperar? 

¿Cómo hablar de paz, si no somos capaces de empatizar con los palestinos, su causa, su situación y su periplo vital? 

¿Cómo implicarnos en el sufrimiento de las personas?

Quizás, empezando por llamar a las cosas por su nombre: lo que el Estado de Israel está perpetrando en Gaza y en Cisjordania, es, genocidio. 

El Estado de Israel no ataca a los civiles palestinos porque los odia (aun cuando el odio esté presente), pero esta guerra impulsada por la seguridad y la venganza, demuestra una intención genocida. 

Hamas puede ser “el” enemigo, pero la población de Gaza también lo es, y no sólo por un voto hace 17 años, sino también por la dependencia de los gazatíes  a la infraestructura estatal que Hamas controla, así como por los sentimientos antiisraelíes que Hamas promueve (ahora reforzados), resultando, a los ojos del sionismo, en un grado de apoyo de la población a esta organización. 

Ya es un lugar común referirse al “castigo colectivo” de los palestinos. Esto ha sido evidente durante años tras el bloqueo impuesto a la Franja de Gaza. 

La actual violencia, así como la de 2009, 2012, 2014 y 2021 intensificó el sentimiento antiisraelí, pero también ha implicado, como objetivo, la sistemática degradación de la sociedad de Gaza, lo que junto a la destrucción de su infraestructura por parte del ejército israelí y el bloqueo, ha resultado en una represión infame a dicha sociedad, planteándonos entonces una cuestión insoslayable: 

¿Estamos ante la destrucción deliberada de un pueblo? 

Para esto, evocamos la “Doctrina Dahiyah” (llamada así tras la pulverización de un suburbio de Beirut por parte de Israel en 2006) y que sostiene que la destrucción de infraestructura gubernamental y civil, junto al uso desproporcionado y abrumador de la fuerza para castigar, se denomina, genocidio. 

En fin, si en verdad nos interesa la causa palestina y no queremos un nuevo “Nakba”, evitando que el sionismo vea consumado su plan de limpieza étnica, repudiemos entonces a estos genocidas. 

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ
SOCIO DIRECTOR DE LATORRE & ROJO, S.C.
@DIEGOLGPN

EEZ