Dentro de 497 días, el mundo del fútbol se unirá en México, Canadá y Estados Unidos para presenciar uno de los eventos más esperados: el Mundial de Fútbol 2026. Este torneo será histórico no solo por ser el primero organizado por tres países anfitriones, sino también por la magnitud y los retos que representa.
Con figuras como Kylian Mbappé, Erling Haaland y Vinícius Jr. y el mexicano Santiago Jiménez perfilándose como protagonistas, y con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo posiblemente cerrando sus carreras en un escenario internacional, el torneo promete emociones inolvidables.
Sin embargo, más allá del espectáculo en el campo, el éxito del Mundial dependerá de la capacidad de los países anfitriones para coordinarse y superar los desafíos logísticos, económicos, sociales e incluso políticos, que conlleva organizar un evento de esta magnitud.
La FIFA, ente rector del balompié a nivel mundial, ha resaltado la importancia de la cooperación entre los países anfitriones para garantizar un evento exitoso. México, Canadá y Estados Unidos deberán trabajar de manera conjunta no solo en temas de infraestructura y logística, sino también en áreas críticas y altamente sensibles como la seguridad y la prevención de la trata de personas.
La representante del gobierno federal para la organización del Mundial 2026, @GabyCuevas (twitter/X), Gabriela Cuevas, ha definido una ruta de compromisos asumidos para la celebración de este evento en lo que le corresponde a México, y ha dejado en claro que trabaja para sumar esfuerzos, coordinar acciones y sacar adelante la encomienda que le hizo la presidenta Claudia Sheinbaum.
Los países anfitriones han invertido miles de millones de dólares en la renovación y construcción de estadios, hoteles y sistemas de transporte. Entre las sedes destacan el Estadio Azteca en la Ciudad de México, que se convertirá en el primero en albergar partidos de tres Mundiales, y nuevos estadios en Estados Unidos como el SoFi Stadium en Los Ángeles o el emblemático MetLife Stadium de Nueva Jersey que albergará la final del torneo el 19 de julio.
Sin embargo, la infraestructura no es el único desafío. La seguridad será un tema prioritario. La FIFA y los gobiernos locales ya están desarrollando estrategias avanzadas para garantizar la protección de jugadores, aficionados y organizadores. Esto incluirá colaboración entre agencias locales e internacionales, así como el uso de tecnología de punta para monitorear posibles amenazas.
Precisamente el tema de la seguridad ha sido una preocupación constante en eventos deportivos de gran escala y para Gianni Infantino, presidente de la FIFA, el Mundial 2026 no será la excepción. En este sentido, se debe actuar para erradicar las graves violaciones de los derechos humanos, incluido el tráfico sexual, la esclavitud moderna en la industria de la construcción que se presentan en grandes eventos deportivos. Es así como la experiencia de la ex diputada y activista Paola Félix Díaz @LaraPaola1 (twitter/X) podría ser invaluable. Su relación cercana con el ahora subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, representa una oportunidad para establecer un puente de cooperación entre ambos países en este tema.
Félix Díaz ha demostrado con hechos su compromiso en la lucha contra la trata de personas y sin duda podría aportar experiencia y proponer para este torneo mundial de futbol esquemas de trabajo bilaterales y protocolos de prevención, por su estrecha relación con personajes claves dedicados al combate de trata y como parte de la agenda que ha construido desde hace más de una década.
El Mundial de Fútbol 2026 también representa una oportunidad para reflexionar sobre la sostenibilidad y la responsabilidad social en el deporte. Si bien se espera que el evento genere más de $15 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones conservadoras, de los cuales al menos un tercio impactaría directamente a México, es importante que estos beneficios sean acompañados por un compromiso con la justicia social y la sostenibilidad ambiental.
Canadá, por ejemplo, enfrenta una crisis de vivienda que podría agravarse con la llegada masiva de turistas. En México, la percepción de violencia y la desigualdad siguen siendo desafíos importantes. Estados Unidos, por su parte, deberá garantizar que las ciudades anfitrionas estén preparadas para recibir a millones de visitantes sin afectar negativamente a sus comunidades locales.
El impacto económico del Mundial no solo recaerá en el turismo y la venta de entradas, sino también en la proyección global de las ciudades anfitrionas. Este evento será una vitrina internacional para promover destinos turísticos, cultura y tradiciones locales, lo que podría traducirse en un flujo continuo de visitantes incluso después de concluido el torneo, máxime, en la ciudad donde se encuentra el único estadio en el mundo que ha albergado tres mundiales.
La oportunidad para los negocios locales es inmensa: restaurantes, hoteles, transporte y comercios podrán beneficiarse directamente del incremento en la actividad económica directa e indirecta durante la justa deportiva.
Asimismo, este Mundial podría marcar un antes y un después en la colaboración internacional dentro del deporte. La implementación de tecnología avanzada, como inteligencia artificial para la logística y análisis de datos para la seguridad, podría establecer nuevos estándares para eventos futuros. Las lecciones aprendidas aquí podrían aplicarse en otros torneos globales, haciendo del Mundial 2026 un modelo a seguir en términos de planificación y ejecución. Sobre todo considerando la edición del 2030 que tendrá tres países anfitriones y tres países adicionales para partidos en conmemoración del centenario del primer mundial, celebrado en el verano de 1930 en Uruguay.
El Mundial de Fútbol 2026 es más que un torneo; es una plataforma para mostrar lo mejor del deporte y la humanidad. Para lograrlo, es crucial que los países anfitriones, las organizaciones civiles y los aficionados trabajen juntos. La colaboración internacional, liderada por figuras clave puede marcar la diferencia en la lucha contra problemas globales, como la trata de personas, la falta de inclusión, la accesibilidad, la promoción cultural y la inversión para desarrollo de talento juvenil. Los retos son muchos, pero también lo es la oportunidad de hacer historia.
La cuenta regresiva está en marcha, y cada día que pasa nos acerca más al inicio de este magno evento. ¿Estás listo para ser parte de esta experiencia única? Este torneo no solo celebra el fútbol, sino también la capacidad humana de colaborar y superar retos. La pasión por el deporte nos une, pero también nos da la oportunidad de construir un futuro mejor para todos.
Juntos podemos explorar más temas relevantes sobre el impacto del deporte en nuestras vidas, compartir opiniones y debatir sobre cómo hacer del Mundial 2026 un éxito histórico. ¿Qué esperas de este torneo? ¿Qué desafíos consideras más urgentes? Déjame saber en los comentarios o directamente en mis redes sociales.
Por: Diego ‘SAGO’
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