Columna Invitada

Las lecciones que nos deja Serbia

El caso de Serbia es un recordatorio de que la confianza en las instituciones no es un recurso inagotable. Cuando las personas perciben que sus gobiernos no actúan en su beneficio, la respuesta puede ser el descontento social, la protesta e incluso la crisis política

Las lecciones que nos deja Serbia
Amalia Pulido / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

El pasado 28 de enero, el primer ministro de Serbia, Milos Vucevic, presentó su renuncia después de meses de protestas relacionadas a sospechas de corrupción. Pero más allá de las fronteras balcánicas, éste no es un episodio aislado de inestabilidad. Es síntoma de un problema con raíces profundas: la creciente desconfianza de la ciudadanía en las instituciones públicas.

Serbia ofrece un espejo para muchos países alrededor del mundo. De hecho, la alta polarización política y social que vimos durante los procesos electorales de 2024 alrededor del mundo son muestra de ello. La plataforma de diversos liderazgos anti-establishment se ha sostenido justamente en el descontento social generalizado. Hay una sensación generalizada de precariedad a nivel individual que contrasta con el despilfarro de ciertos grupos políticos.

La segunda edición de la Encuesta de Confianza 2024 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) arroja luz sobre los desafíos a los que nos enfrentamos. Esta novedosa herramienta, a partir de casi 60,000 cuestionarios aplicados en 30 países, permite entender los determinantes de la confianza en las instituciones públicas. Sus hallazgos revelan, por ejemplo, que 39% de las personas encuestadas confían en el gobierno federal y 37% en el parlamento. Sorprende que confían más en la policía (63%) y en el sistema judicial (54%) que en las instituciones emblemáticas de la representación política.

La necesidad de restaurar la confianza pública en las instituciones es imperativa por su cimentación en principios democráticos y porque puede fomentar mayor estabilidad al régimen. A continuación, algunos hallazgos de la Encuesta de Confianza que vale la pena considerar.

En primer lugar, es preciso ampliar los espacios de participación para que la ciudadanía tenga las herramientas para hacer escuchar su voz. La confianza en el gobierno reportada por quienes sienten agencia política duplica la reportada por las personas que consideran que el sistema político no les permite expresar su opinión. Esto implica fortalecer mecanismos de consulta pública, presupuesto participativo y otros instrumentos que permitan a la sociedad incidir en la agenda gubernamental.

En segundo término, la confianza también se ve afectada por la desinformación y la falta de claridad en la comunicación oficial. El estudio destaca que solo el 39% de las personas creen que su gobierno comunica adecuadamente las decisiones importantes. Las instituciones deben generar canales de información que partan de datos verificables y accesibles podría reducir la brecha de desconfianza. El aprovechamiento de las tecnologías de la información es fundamental.

Aún más, cuatro de cada diez personas en países OCDE considera que las personas funcionarias públicas aceptarían un soborno para agilizar un servicio. Esto enfatiza la necesidad de fortalecer la integridad del funcionariado mediante la implementación de códigos de conducta claros y mecanismos eficaces de supervisión y sanción. Un servicio público íntegro y ético puede contribuir significativamente a la recuperación de la confianza ciudadana en las instituciones.

El caso de Serbia es un recordatorio de que la confianza en las instituciones no es un recurso inagotable. Cuando las personas perciben que sus gobiernos no actúan en su beneficio, la respuesta puede ser el descontento social, la protesta e incluso la crisis política.

Frente a procesos de polarización y desigualdad social, restaurar la confianza en las instituciones se vuelve una necesidad para garantizar la estabilidad y el progreso de cualquier país. La confianza se construye con acciones concretas y no con discursos: aprendamos de Serbia.

POR AMALIA PULIDO

PRESIDENTA DEL INSTITUTO ELECTORAL DEL EDOMEX

@PULIDO_AMALIA

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