El revuelo que ha causado la nominación de Omar García Harfuch a la jefatura de Gobierno de la ciudad de México para 2024, ha exaltado los ánimos de los DUROS de Morena y también de sus adversarios del Frente integrado por el PAN, el PRI y el PRD, lo que ha desatado todo tipo de bajezas contra el personaje de marras. Tanto de los de casa, como de los adversarios.
Pocas veces se había tenido una administración tan efectiva para controlar a la delincuencia y bajar a niveles históricos los delitos de alto impacto. Además de que con tersura, el entonces Secretario de Seguridad Ciudadana, desoyó la estrategia del presidente López Obrador, la de Abrazos no Balazos y se metió de lleno a la captura y persecución de los grandes generadores de violencia de la capital del país.
Situación que lo llevó al extremo, para que atentaran contra su vida. Aun así, no desfalleció y siguió adelante cumpliendo su responsabilidad, que ha dado mejores resultados, en un tiempo más complejo, que el del doctor Manuel Mondragón y Kalb, uno de los poquísimos exsecretarios que también desempeñó con creses su labor.
En el pragmatismo del ejercicio electoral, los DUROS, se aliaron a sus acérrimos rivales, los neoliberales, para quitar del camino al único contendiente del partido en el poder que puede ganar la ciudad. Para ello, los de la derecha han hecho todo tipo de imputaciones virulentas, que por lo menos han sido de frente. Pero los enemigos internos se han escondido y bajo las sombras, han operado para calumniar al que denominan despectivamente el Policía.
No obstante, los ciudadanos tienen clara conciencia que la política en nuestro país es sucia y perversa. Que en la mayoría de los casos se utiliza más que para construir, para injuriar y descalificar al adversario, para tratar de destruir al oponente a la mala.
Las encuestas, que son reveladoras del sentir y del pulso social, mantienen en la cima a García Harfuch y con los embates, se diría, al unísono de los conservadores y de los liberales ortodoxos, podría despegarse mas de los aspirantes al interior de Morena y también de los del Frente.
Para ser preciso, a ambos grupos, les mueve la necesidad de poder, no necesariamente el desarrollo de la ciudad. Hoy no se puede ya engañar a los ciudadanos, quienes somos testigos de los malos gobiernos de los unos y de los otros en sus respectivas alcaldías, por lo que, lo único que les queda con un oponente del tamaño del exsecretario, es llevar al terreno del lodo a su rival para ensuciarlo, creyendo que con ello lograrán el triunfo respectivo.
Estos políticos que denostan a la policía, aparte de irresponsables, amañadamente han basado sus mandatos amparados en la seguridad, de ahí las frases pomposas, Blindar… o Alcaldía Segura. Dislate en un discurso de doble cara, que sigue alimentando al México surrealista que ya es signo distintivo de nuestra idiosincrasia.
Por lo pronto, debemos recordar a los que denostan con tanta bajeza a los policías, que esta es una profesión sumamente digna y que gracias a ellos, se mantienen en la ciudad, altos niveles de tranquilidad y paz, además de que un pueblo que reconoce a su policía es un pueblo mejor cuidado y con mejores condiciones para inhibir la inseguridad.
En estas circunstancias, bien podremos preguntarnos. ¿Pará 2024 a quién preferiría usted para encabezar el gobierno de la ciudad, a un doctor, a un ingeniero, a un policía o a un político? Sé por pláticas con diversos vecinos, que cansados de los políticos tradicionales, la gente elegirá a una persona más parecida a un ciudadano y no a un político, por lo que las campañas en contra del extitular de la Secretaria de Seguridad podrían convertirse en un tiro en el pie para ellos. Ya veremos.
POR HUMBERTO MORGAN COLÓN
COLABORADOR
@HUMBERTO_MORGAN
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