Columna invitada

Pascual Ortiz Rubio

El 3 de septiembre de 1932, el entonces presidente de la Republica, Pascual Ortiz Rubio

Pascual Ortiz Rubio
Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El 3 de septiembre de 1932, el entonces presidente de la Republica, Pascual Ortiz Rubio, se vio en la necesidad de renunciar a la Primera Magistratura por presiones en su gobierno; 90 años han transcurrido de ese hecho, asumió el poder el 5 de febrero de 1930, postulado por el naciente Partido Nacional Revolucionario, su contrincante en las urnas fue José Vasconcelos, bajo las siglas del Partido Nacional Antirreeleccionista.

Los comicios se originan por el asesinato de Álvaro Obregón, presidente electo, el 17 de julio de 1928 por José León Toral, quien le asestó cinco disparos que lo privaron de la vida.  

Ante esta situación, los diputados nombran a Emilio Portes Gil, como primer mandatario provisional, quién convoca a elecciones extraordinarias para el 17 de noviembre de 1929. Salvador del Río escribe en su libro Los presidentes de México: “Campaña violenta, en la que los vasconcelistas reclamaban respeto a la libertad política. Durante un mitin en el jardín de San Fernando, en la Ciudad de México, fue muerto a tiros el estudiante Germán del Campo, lo cual enardeció a los oposicionistas”.

Las elecciones se verificaron con el triunfo de Ortiz Rubio con un millón 947 mil 848 votos en contra de 110 mil 979 sufragios a favor de Vasconcelos, para el día 28 de ese mes el candidato del PNR fue declarado Primer Mandatario de México por el Congreso de la Unión.

El historiador Carlos Martínez Assad señala en La Sucesión Presidencial en México: “Es imposible conocer la verdad sobre esa elección, pero se hace evidente que las cifras oficiales son falsas. Vasconcelos contaba con un apoyo más numeroso…si el vasconcelismo triunfó en las urnas no tuvo la capacidad de hacerse respetar”.

Salvador del Río menciona: “Cuando inició su administración comenzaron las dificultades. En torno a él se creó la imagen de un hombre débil, maniatado ante el poder de Calles. Nopalito fue el mote con el que lo trataba la gente, significando con ello lo irrelevante de su personalidad”.

El 5 de febrero de 1930, el ingeniero Pascual Ortiz Rubio asume el poder; al trasladarse de Palacio Nacional en un Lincoln a su casa, es agredido por Daniel Flores, quien disparó su pistola que le provocó una herida en la nariz y fue trasladado a la Cruz Roja. Por cierto, David Alfaro Siqueiros es detenido por este hecho. En Me llamaban el Coronelazo dice: “En cuanto a mi prisión, me enteré de que a los comunistas nos investigaban en relación con un gravísimo atentado personal contra don Pascual Ortiz Rubio”.

Un dato curioso. De acuerdo con José Manuel Puig, en su libro De Obregón a Cárdenas, afirma que Ortiz Rubio le tomó la protesta como jefe del DDF, en una camilla de la Cruz Roja antes de que fuera operado.

Lo cierto es que el final de Daniel Flores fue Lecumberri; dos meses después de ser detenido, amanece muerto. Se dijo que la causa fue suicidio.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ

 

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