Primero fue Alejandro Alito Moreno y ahora es Jorge Romero, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, el centro de los ataques de la 4T. Y lo que queda claro con esto es que el presidente López Obrador está obsesionado con frenar a sus opositores a punta de carpetas de investigación.
Estamos a poco menos de un mes de que arranque el periodo ordinario de sesiones y las principales cabezas de la oposición están en la mira de las fiscalías.
Al dirigente del PRI lo investigan por lavado de dinero, corrupción y enriquecimiento ilícito, tarea que ha ejecutado con maestría la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, de la mano del fiscal Renato Sales Heredia. Hasta el momento, sin embargo, nada se ha comprobado. Todo se ha dirimido en los medios.
Por el lado del jefe de los panistas en San Lázaro, el fin de semana, sin decir su nombre, la fiscalía de la CDMX dio a conocer una investigación en contra del llamado cártel inmobiliario de la alcaldía Benito Juárez.
Arrestaron a Luis Vizcaíno Carmona, director Jurídico de 2009 a 2016. Y la Fiscalía anunció que buscan detener a Nicias René Aridjis, secretario de Obras de esa demarcación de 2006 a 2018. Les imputan operaciones inmobiliarias fuera de sus atribuciones, y favores a constructores y desarrolladores.
Además, el vocero de la Fiscalía local, Ulises Lara, reveló que las pesquisas apuntan más allá. Los objetivos serían Jorge Romero y Christian Von Roehrich, jefe del PAN en el Congreso capitalino. Pero más allá de si le asiste o no la razón al gobierno o si los investigados cometieron tal o cual delito, lo evidente es que, en esta persecución judicial, la 4T está motivada más por razones políticas que jurídicas.
Eso quedó en evidencia con el caso Lozoya y las investigaciones contra políticos del viejo régimen priista. Entramos al cuarto año de gobierno y estamos como al principio.
Tal parece que a los delincuentes de cuello blanco del pasado les aplicaron el perdón y olvido, así como a uno que otro varón del narcotráfico. El empeño de la justicia ahora parece estar enfocado en reprimir a políticos que se han convertido en dique para las reformas de AMLO.
Recordemos que Alito y Romero (que no deben ser unas blancas palomas) fueron los artífices de la Moratoria Constitucional para frenar la Reforma Electoral con la que AMLO busca desaparecer o tomar el control de órganos encargados de organizar, vigilar y calificar las elecciones.
Además, Romero y su grupo fueron los que propinaron el peor descalabro electoral a Morena, al arrebatar nueve de las 16 demarcaciones en los comicios de 2021. Algo que sigue doliendo a Morena, y harán todo para evitar que Romero llegue a la dirigencia del PAN o luche por el gobierno de la ciudad.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En política, como en religión, es igualmente absurdo intentar conseguir partidarios por fuego y espada. Las herejías en ambos rara vez pueden ser curadas mediante la persecución.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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