COLUMNA INVITADA

País de alas rotas

Tenemos un país lleno de bajas expectativas educativas, con la consecuencia del deterioro en el ingreso y el aumento de pobreza.

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

México es un país lleno de jóvenes. La juventud está llena de anhelos que merecen en la mayoría de los casos hacerse posible. Ello en lo que respecta al trabajo tiene mucho que ver con la educación y la posibilidad de continuidad de esta, ya que el aprendizaje provee el mecanismo que en la mayoría de los casos impulsa el desarrollo intelectual y, con ello la capacidad de obtener sueños traducidos en logros personales.

¿Cómo será el mundo cuando la generación de chicos y chicas sean adultos? En principio me he planteado esa pregunta a manera de reflexión. Porque analizando las cifras del INEGI, nos podemos percatar de lo acelerado que fue el abandono escolar, durante la pandemia, sin embargo, esto sólo hizo que tempranamente se intensificará el problema qué sólo era la punta del iceberg.

33.6 millones de personas entre los 3 y 29 años estuvieron inscritas en el ciclo escolar 2019- 2020 (62.0% del total). De ellas, 740 mil (2.2%) no concluyeron el ciclo escolar: 58.9% por alguna razón asociada a la COVID-19 y 8.9% por falta de dinero o recursos. • Para el ciclo escolar 2020-2021 se inscribieron 32.9 millones (60.6% de la población de 3 a 29 años). • Por motivos asociados a la COVID-19 o por falta de dinero o recursos no se inscribieron 5.2 millones de personas (9.6% del total 3 a 29 años) al ciclo escolar 2020-2021. • Sobre los motivos asociados a la COVID-19 para no inscribirse en el ciclo escolar vigente (2020-2021) 26.6% considera que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; 25.3% señala que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo, 21.9% carece de computadora, otros dispositivo o conexión de internet. • Más de la mitad de la población de 3 a 29 años tiene mucha disponibilidad para asistir a clases presenciales una vez que el gobierno lo permita.

INEGI presenta resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020

Vamos a traducir lo que implican estas cifras. Debo hacer un acotamiento. La encuesta es sólo una muestra, eso quiere decir que no analiza el total. Por lo que, no son considerados millones de jóvenes dentro de la misma.

Regresando al análisis, en el ciclo escolar 2019 – 2020 se inscribieron 33.6 millones de alumnos entre 3 a 29 años de edad. Para el siguiente ciclo escolar 2020 – 2021 se redujo 5.2 millones de personas. Quiere decir, que ya esos jóvenes no se inscribieron por diversos motivos. Pero a esas cifras decrecientes tenemos que añadir aquellas personas que no concluyeron ambos ciclos escolares.

Un dato interesante de dicha cifra es la falta de dinero o recursos. Habitualmente en todos los países existe un cinturón de pobreza o miseria, que se asocia a la falta de posibilidad educativa. Pero aquí en México el dato preocupante, es que, se dieron de baja millones de jóvenes que han estado en el sistema educativo, lo que implica que no son parte de aquella cifra concerniente a los que nunca han asistido a la escuela.

Mas importante aún, se asocia el hecho de que estos alumnos eran hijos e hijas de personas de clase media, que poseían un trabajo y que de pronto dejaron de tenerlo, con lo cual la pobreza inundó sus hogares, dejando a estas personas, sin capacidad de lograr entrar, ni siquiera a instituciones públicas, ya sea por haber quedado a mitad del ciclo escolar en una escuela privada, o falta de lo indispensable, para una familia de nivel medio, como el alimento o transporte, que ya representa una tragedia en sí. A nivel prescolar y primaria, ingresar a escuelas es un poco más fácil, pero conforme avanza el nivel educativo, como en secundaria, bachilleratos, carreras técnicas y profesionales, es un síntoma grave del deterioro laboral que se presentará en diez años, cuando todas estas personas hayan perdido posibilidades de adquirir conocimiento en el momento preciso, es decir, en etapas tempranas, donde el mismo sigue una línea creciente, porque a pesar de que nunca hay límites de educación, cuando una persona se convierte en adulta, muchas de sus obligaciones impiden la continuidad educativa de forma ininterrumpida. Y aquí se pone más interesante. La Ley Federal del Trabajo tiene como mínima edad para laborar 15 años, y para las empresas formales, ello implica una serie de requisitos, como que la persona joven siga con sus estudios, tenga un horario compatible con los mismos y, el permiso para laborar ya sea de su padre, madre o tutor. En ambientes que protejan su salud.

Debido a lo anterior, muy pocas empresas tienen a gente de Temas 15 años laborando, pero no así en el trabajo informal, donde la explotación, falta de derechos y nulas posibilidades para compatibilizar horarios escolares con trabajo, hacen que millones de jóvenes deserten.

Debe preocuparnos el hecho de que en la medida en que nuestros jóvenes no posean un medio de subsistencia que garantice el que tengan la posibilidad de prosperar, o por lo menos, quedar en la situación económica que les garantice bienestar, se puede invertir el soporte social y ello va en detrimento del bienestar económico y prosperidad de nación.

Tenemos un país lleno de bajas expectativas educativas, con la consecuencia del deterioro en el ingreso y el aumento de pobreza.

¿Porqué me tendría que preocupar, si tienes la posibilidad de que a tus hijos e hijas les proveas una mejor educación? Pues, porque la inseguridad, y tener a millones de persona desempleadas presenta el riesgo de tener un país sin un futuro equilibrado, ni para unos, ni para otros.

No hay soluciones simples para problemas complejos, pero podemos empezar con tener comedores dentro de las escuelas públicas. Dar un aliciente impositivo a los padres y madres que pagan escuelas privadas, porque es una obligación gubernamental la educación, y hacer grandes inversiones en las universidades públicas, ya existentes, para que hagan posible la calidad educativa y de capacidad de ingreso. En lugar, de formar más universidades que ya han demostrado tener características de carencia intelectual, y donde sus egresados, dado el bajísimo nivel de capacitación, no tengan la posibilidad de tener un empleo conforme a su formación.

Una última referencia, para poner perspectiva, para entrar al Massachusetts Institute of Technology (MIT), considerada en la actualidad como la mejor universidad del mundo.

En donde por ponerte un ejemplo, el profesor que te podría dar clases de Biología sería Eric Lander, que no es otro que el precursor del Proyecto del Genoma Humano.

Se recomienda (no es obligatorio) que tu formación haya estado compuesta por:

Un año de física, un año de química, un año de biología, matemáticas, 2 años una lengua extranjera,

4 años de inglés, 2 años de historia y ciencias sociales. Pero no solo van a mirar los estudios y las notas que tengas, sino que van a valorar mucho tus inquietudes, proyectos que tengas en mente, y hasta tu sentido del humor y sociabilidad. Nuestro país tiene una deficiencia brutal en los temas educativos, que te he nombrado.

Así qué, nuestro futuro social, económico y laboral, no está para negarles posibilidades de ascenso intelectual a nuestros hijos e hijas, con políticas carentes de interés en ellos y ellas, que son lo más importante. Porque si algo hemos aprendido, es que la juventud tiene alas y, éstas sirven para volar.

POR SARA MORGAN
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB
@MORGANSAREL

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