COLUMNA INVITADA

Por un comercio internacional más seguro, ágil y confiable

Con la llegada del Marco SAFE de la Organización Mundial de Aduanas nos llegó la figura del Operador Económico Autorizado (OEA)

OPINIÓN

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José Ignacio Zaragoza Ambrosi / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

Con la llegada del Marco SAFE de la Organización Mundial de Aduanas nos llegó la figura del Operador Económico Autorizado (OEA), una certificación que aumentaría la seguridad de la cadena logística, a través del reconocimiento mutuo entre autoridades de países socios, y un despacho aduanero mucho más ágil al contar las empresas certificadas con ciertos beneficios especiales por parte de las autoridades aduaneras y hacendarias.

No obstante, la realidad operativa en el mundo ha sido muy diferente. Es cierto que México se encuentra entre los países más avanzados en cuanto a la implementación del programa OEA, pero desde el inicio de la pandemia se ha estancado su crecimiento; a falta principalmente, -según los participantes de la cadena logística- de beneficios tangibles que sean valorados por las empresas. En nuestro país esta certificación está a cargo de la

Administración General de Auditoría al Comercio Exterior del Servicio de Administración Tributaria.

Al 2021, el SAT tenía registrados más de 115 mil contribuyentes ante el padrón general de importadores, de los cuales aproximadamente 700 están certificados como OEA. Como veremos más adelante, en América Latina pasa una cosa similar, pero antes hay que decir que nuestro programa de OEA se verá robustecido a causa del TMEC que establece distintos criterios para homologar el programa con el C-TPAT de Estados Unidos y el Partnerships In Protection de Canadá.

En esta ocasión, la OMA publica un artículo muy interesante del estatus de la figura del Operador Económico Autorizado en la región sudamericana, que con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lleva aproximadamente 12 años de implementación.

Lo primero que nos advierte el texto es que los programas OEA no son iguales en todos los países ya que cada uno los ha tropicalizado de acuerdo a sus necesidades. Por ejemplo “el de Brasil es el más consolidado de la región: lanzado en 2014, está abierto a una gran variedad de actores de la cadena de suministro y cuenta con el mayor número de OEA con 378 empresas certificadas hasta la fecha. En comparación, el programa de Paraguay solo se implementó en 2018 y actualmente tiene dos empresas certificadas.

En cuanto al programa de Chile, aunque se estableció en 2017, no contaba con ninguna empresa certificada al cierre del tercer trimestre de 2019” [de hecho se tuvo que cancelar el primer programa y reestructurarlo por completo para que fuera funcional]. En Colombia, “por ejemplo, 920 empresas están reconocidas como grandes importadoras y ya se benefician de un esquema de facilitación”. De estas grandes empresas, solo el 9,34% ha adoptado por certificarse como OEA. Mientras que de las 177 empresas de los Agentes Aduanales o Despachantes de Aduana en Colombia, solo 3, es decir el 2,25%, son OEA.

“El programa OEA de Colombia fue diseñado desde un principio como un programa interinstitucional que involucra a todas las autoridades con control directo sobre el comercio exterior en el país, especialmente las agencias sanitarias y fitosanitarias. Sin embargo, a la fecha, de las 86 empresas certificadas en Colombia, solo cinco se dedican a la comercialización de bienes sujetos a requisitos fitosanitarios y zoosanitarios”.

La OMA señala que “los países de la región a menudo enfrentan desafíos idénticos. El primero es proporcionar a las empresas que se unen al programa beneficios tangibles, como la reducción de los tiempos de operación de las transacciones y la reducción de los costos comerciales”.

Otro desafío que destacan es “cambiar la mentalidad de los empresarios” que no conciben la noción de gestión de riesgos de la misma manera que lo hace la Aduana. Muchas empresas no ven necesario invertir en seguridad ni en gestión de riesgo, sobre todo si no intercambian mercancía con Estados Unidos u otros países que sí le dan más peso al tema de la seguridad.

El tercer desafío que ven es “permitir el intercambio de información de manera precisa y oportuna entre países para hacer cumplir los Acuerdos de Reconocimiento Mutuo de manera adecuada”. En el papel, se ha visto que la confianza es más fuerte que en la operación del comercio.

“También existe una clara necesidad en Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay y Perú de abrir sus programas OEA a más categorías de operadores como un medio para mejorar aún más la seguridad de la cadena de suministro”.

La OMA habla de la necesidad de realizar estudios tendientes a medir la eficiencia de estos programas en la región y compartir experiencias sobre los desafíos que aún enfrenta cada país para generar mejores disposiciones y prácticas, especialmente en aquellos países donde el programa no ha tenido mucho éxito hasta la fecha”.

El hecho es que, como ya lo hemos mencionado antes en este espacio, al no ser vinculantes las acciones de la OMA, cada país termina adaptándolas a sus necesidades y dándoles el interés que consideran de acuerdo con sus propias agendas políticas o económicas, por lo que el OEA seguirá avanzando con paso lento por el mundo.

POR JOSE IGNACIO ZARAGOZA A
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR
@ignaquiz

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