COLUMNA INVITADA

Seré curioso … ¿de qué nos reímos?

Durante los últimos tiempos (días) el país ha sido testigo de crisis que, en otros sexenios, hubieran, al menos, tirado la popularidad de los gobernantes

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Por más tragicomedia que sea, no deja de ser tragedia. La comedia es solo una forma de sobrevivir a la crueldad de la vida o a las consecuencias de nuestras decisiones. Ahí vive México, riéndonos del destino que seguimos eligiendo para nosotros. La risa es una forma de esconder el llanto, la pregunta es, ¿cuánto tiempo nos durará el “jajaja” antes de que la realidad nos cobre factura?   

Durante los últimos tiempos (días) el país ha sido testigo de crisis que, en otros sexenios, hubieran, al menos, tirado la popularidad de los gobernantes. Nadie en su sano juicio quiere que al presidente le vaya mal, el problema es que estamos escogiendo que a él le vaya bien, a pesar de nosotros: el pueblo sabio.

Los ciudadanos hemos convertido en tragicomedia, al menos, seis tragedias recientes. Primero, la violencia en Ciudad Juárez, Tijuana, Guanajuato y Jalisco; que puede o no ser generada por el crimen organizado como forma de propaganda. El hecho es que al ser más trascendente lo que dice el presidente López Obrador o el secretario de Gobernación, la alcaldesa de Tijuana o la operación de hernia de la gobernadora Maru Campos; en lugar de lo que se hace, quien convierte en propaganda el hecho, son los gobernantes. 

Segundo, los mineros atrapados en Coahuila están, lamentablemente convirtiéndose en anécdota. En 2010 el mundo observó atónito el proceso para sacar del centro de la tierra a los mineros atrapados en Atacama, Chile; al grado de que se convirtió literalmente en película de Hollywood. La comunicación política convirtió, la sobrevivencia de los mineros en el rescate político del entonces presidente de ese país, Sebastián Piñera. 

Hoy, el entierro físico de 10 mineros mexicanos es Coahuila es una nota más y la comunicación política ha logrado mandar a la tangente culpables, corrupción presumiblemente vinculada también con esta Administración y el egocentrismo de dilatar la ayuda internacional. La mañanera como paracetamol. 

Tercero, la confusión como estrategia. La elección del empresariado mexicano de no incomodar al presidente confunde hasta el más experimentado tomador de decisiones porque dentro del discurso empresarial hay queja, pero hay acuerdo. Esa relación empieza a sonar a violación consensuada o una suerte de sadismo sexual. 

En cuarto lugar, hoy ya no se debate en la legalidad, conveniencia o forma de atender la demanda a través de importar médicos; de lo que hablamos es de las declaraciones de López Gatell para quitar legitimidad a los consultorios de las farmacias. Señor subsecretarito, no asistimos a ellos necesariamente por confianza, lo hacemos por necesidad y “necesidad” no solo es cuestión de dinero, también de tiempo y disponibilidad. 

En quinto lugar, está el que la inmoralidad de los dichos y presuntos actos de Alejandro Moreno, hagan que las acciones de la gobernadora Sansores sean morales. Ridículos nos deberíamos de sentir de seguir aceptando que el juicio político sea otra forma de propaganda y nunca una forma de justicia.  

Sexto, instituciones financieras que se desmoronan a la vista de las autoridades, ahí tiene el caso de Unifin que no es el primero, pero tampoco será el último de este sexenio. Sus consecuencias se ven lejanas si no tienes interés económico en ellos, pero, la economía y las finanzas siempre están entrelazadas. 

El “jajaja” con el que estamos enfrentando la realidad de México, empieza a sonar como el “tictac” de las minas terrestres. Por supervivencia tenemos que seguir caminando en él territorio, pero tarde o temprano nos explotará a nosotros o a un familiar. ¿De qué nos reímos?   

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

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