LÍNEA DIRECTA

El tigre

Están jugando con fuego y la gobernabilidad del país se pone en duda en la medida en que el incendio se magnifica día con día

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A lo largo de la campaña presidencial de 2018, una de las armas de disuasión utilizadas por López Obrador y Morena fue la frase de: “Vamos a soltar al tigre”, en alusión a la posibilidad de desanudar algún amarre que generara una violencia incontenible en caso de que se cometiera un fraude en su contra.

Por supuesto que el fraude nunca existió, y por ello no hubo que sacar al tigre de la jaula. Pero la caracterización precisa sobre quién o quiénes representaban al animal salvaje, quedó como un símbolo más en el imaginario de la 4T. Originalmente hablar del tigre era algo así como referirse a la ira popular contenida como consecuencia de la esperanza que proporcionaba la llegada de AMLO al poder.

Pero esos hilos de contención se rompieron más rápido de lo esperado. La ausencia de una estrategia integral y efectiva contra la inseguridad y la ampliación de la capacidad de acción de los distintos grupos del crimen organizado, alimentaron la convicción presidencial de que únicamente las Fuerzas Armadas conducidas por él mismo, y no por alguien más, podrían contener la furia del tigre.

Así, el domador de animales salvajes requiere del apoyo castrense para su trabajo cotidiano. 

La violencia desatada por el Cártel Jalisco Nueva Generación no pone en duda la estrategia de seguridad del gobierno, sino por el contrario ratifica la demanda de mayor presencia militar en toda la línea para poder controlar a este tigre que se les ha salido de la jaula. 

La administración de la violencia se les complica y su única salida es darle más poder a las Fuerzas Armadas sin importar la ilegalidad que esto conlleva.

Entregarle el país en su totalidad a los Generales es producto de esta idea según la cual, los únicos honestos y capaces son ellos, siempre y cuando estén bajo el mando de un Presidente adecuado. La negativa de la oposición a modificar la Constitución para subordinar a la Guardia Nacional a la Sedena, lleva a López Obrador a irse por la libre y saltarse la ley suprema una vez más. 

Pero el incremento de la violencia incluso con la enorme presencia del Ejército, demuestra que las bayonetas no lo pueden todo y que la simplificación del problema lleva a que  el o los tigres tiendan a liberarse más allá de la voluntad del domador. 

Están jugando con fuego y la gobernabilidad del país se pone en duda en la medida en que el incendio se magnifica día con día. 

Las elecciones presidenciales, a realizar en menos de dos años, no pueden ser un ejercicio libre cuando los tigres están circulando por el país sin límite alguno y las Fuerzas Armadas con Guardia Nacional o sin ella, tienen órdenes de pastorear al animal, pero no enfrentarlo. 

Así no se puede.

POR EZRA SHABOT

COLABORADOR

@EZSHABOT

MAAZ

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