MALOS MODOS

Mensaje (no de What's Up) para Marcelo Ebrard

"Estimado secretario, le escribe Julio Patán, para tratar un asunto no urgente, pero sin duda importante..."

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estimado canciller: conforme al espíritu democrático, de diálogo franco y abierto con la ciudadanía, que distingue tanto a su gestión en Relaciones Exteriores como a su campaña rumbo a 2024, he intentado comunicarme con usted como lo sugirió, vía What’s up, luego de que tan generosamente nos compartió su número de teléfono en Twiter —y por “nos” me refiero, claro, a toda la ciudadanía. Debo reconocer que tal vez he sido demasiado insistente con mis intentos de acercármele.

Debo decir también que esos intentos han tenido lugar bajo tonos y estilos muy diferentes, siempre sin éxito. El primero fue ayer a las 2:24 de la tarde. Dice: “Estimado secretario, le escribe Julio Patán para tratar un asunto no urgente, pero sin duda importante. Sé que tiene una agenda muy saturada, así que, sin más, le hago llegar un saludo afectuoso”. El segundo tiene que haberle llegado hacia las 4:30: “Canciller, le escribe Julio Patán de nuevo. No quisiera ser impertinente, pero hay asuntos imperativos que solo puedo tratar con usted”.

Tampoco tuve suerte con el tercero: “Julio Patán nuevamente, secretario. Quedo atento”. Lo mandé a las 6:08. Le siguieron dos mensajes, a las siete y las siete y media, y finalmente uno del que me arrepiento, porque me permití hablarle, de forma totalmente inaceptable, de tú.

En mi descargo, no intenté ser maleducado: fue un intento desesperado por romper el hielo y atraer su atención. Mis disculpas. “Marcelo, hermano, te escribe Patán”, dice, insisto, inaceptablemente.

Espero que sepa perdonármelo, aunque es posible que lo haya olvidado en vista de lo que vino después. Porque mi último intento fue, sin más, de vergüenza. Se trata de un audio que grabé ya tarde, hacia las 12:30. Lo he vuelto a escuchar y me doy cuenta de que es incomprensible. Lo que pasó fue que, según mi costumbre, decidí terminar el día con un par de whiskies, sin considerar que tenía el estómago vacío y tuvieron un efecto más contundente del que esperaba. Lo que intenté fue saludarlo en la lengua de su familia: “Bon soir, Monsieur le Président”, eso quise decir, espero que me crea, en un espíritu de jovial fraternidad, de cara al futuro y sin ironías.

Uso pues esta trinchera, este periódico, para llamar respetuosamente su atención. Entiendo su reticencia. Debe estar harto de que le pregunten por la imposibilidad de conseguir citas para el pasaporte o su respaldo al gobierno cubano, particularmente ahora que ha contraído el COVID. Nada más ajeno a mis intenciones. El motivo de mi insistencia es que pienso hacer un viaje a Francia a fin de año y estoy seguro de que un hombre con su buen gusto y su cosmopolitismo puede recomendarme un par de muy buenos restaurantes en París. Le hago llegar un saludo afectuoso, con mi gratitud de antemano y mi deseo de una pronta recuperación.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

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