El rescate e incremento de la capacidad de procesamiento del Sistema Nacional de Refinación (SNR) es uno de los grandes logros de la política energética de Andrés Manuel López Obrador, enfocado en lograr la seguridad y soberanía energética de México.
Petróleos Mexicanos alcanza el nivel más alto de procesamiento en lo que va del sexenio, al registrar 888 mil 897 barriles diarios en sus seis refinerías el pasado mes de abril; como producto de un cambio de paradigma en el sector: en primer lugar, al devolverle a la actividad petrolera su carácter estratégico y de seguridad nacional; y, en segundo lugar, estableciendo una planeación orientada a la industrialización y valor agregado de los recursos de manera sustentable.
Los antecedentes de este proceso de planeación energética los encontramos en el Proyecto de Nación 2018-2024, donde se planteó la necesidad de aumentar la capacidad de refinación como una de las principales estrategias para reducir la dependencia energética del exterior.
Esta propuesta fue llevada al terreno institucional en el Programa Sectorial de Energía 2020-2024, como uno de sus principales objetivos para “alcanzar y mantener la autosuficiencia energética sostenible para satisfacer la demanda energética de la población con producción nacional”.
En el instrumento rector de planeación, a partir de un diagnóstico objetivo y certero se ponen al descubierto las grandes carencias que se encontraron en el subsector de refinación, reflejado en una reducción marcada en el volumen de petróleo procesado, que descendió de mil 155 millones de barriles diarios (mbd) en 2014 a 609 mbd en 2018; por lo tanto, la capacidad de refinación se redujo al 31% y la producción de gasolina, diésel y turbosina se desplomó de 762 mbd en 2014 a 359 mbd en 2018.
Ante este escenario, las autoridades plantearon la necesidad de aumentar la inversión para la rehabilitación del SNR y la construcción de la Refinería Olmeca, en Dos Bocas, Paraíso.
Pero hubo otro gran obstáculo a vencer, nos referimos a la erradicación de la corrupción, lo cual fue puesto al descubierto por el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, durante la presentación del Plan Nacional de Refinación a finales de 2018, al dar a conocer cómo los gobiernos anteriores invirtieron 8 mil 300 mdd, para las reconfiguraciones de las plantas de Ciudad Madero, Cadereyta y Minatitlán, pero de manera absurda se desplomaron sus capacidades de operación en promedio al pasar de 82% a 22%; y de manera paradójica en Salamanca, Tula y Salinas que no fueron reconfiguradas, las operaciones pasaron en promedio de 84% a 50% en 2018.
Por todos estos desafíos librados, Pemex nos ha dado muy buenas noticias sobre cómo las plantas del SNR en lo que va de la presente administración, han aumentado su capacidad de destilación de 31 a 50%, el mayor nivel en los últimos cinco años.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
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