LA ENCERRONA

Xi Jinping, el observante

“El pueblo chino nunca permitirá que ninguna fuerza extranjera nos intimide, oprima o esclavice” Xi Jinping

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ayer se cumplieron tres meses de la invasión de Rusia a Ucrania. La famosa “operación especial” para salvar a la población ucraniana de la “nazificación” llevada a cabo por el gobierno de Zelensky. A más de 90 días de esta guerra que se ha caracterizado por la inmediatez noticiosa, pero con muy bajo grado de veracidad; por el uso de las redes sociales para difundir los mensajes oficiales, donde a todas luces, el ganador ha sido el mandatario ucraniano; por desvelar la imagen de fortaleza que tenía tanto Putin como Rusia; por la falta de efectividad y de ética del ejército ruso y, por supuesto; por el reacomodo del sistema internacional.

Tocando el punto de la falta de información fidedigna, es imposible dejar de lado las cifras de muertes que ha conllevado esta guerra. No se cuentan con los datos exactos de los decesos, ya que las fuente oficiales de cada bando en conflicto nos brindan solo “sus conteos peculiares”, los medios no tienen acceso a esta información y solo nos podemos basar en los números de la ONU, sus datos más recientes hasta el 21 de marzo, indican que la muerte de 3,838 personas, entre ellas 256 niños y niñas. Por parte de las bajas de los combatientes, el gobierno de Ucrania oficializa que solo 1,300 de sus soldados han muerto en los combates y dice que son más de 29,000 soldados rusos caídos; de la misma manera, el Kremlin reporta que han muerto 1,351 de sus tropas y más de 14,000 militares ucranianos.

Ahora bien, en el tema de la reconfiguración del orden mundial, al principio de la invasión rusa se podía dilucidar que el gobierno de Vladimir Putin saldría fortalecido ante la visión europea, pues con una guerra “relámpago” se haría del territorio ucraniano, de su gobierno y de sus materias primas, sin embargo después de 12 semanas de conflicto bélico la realidad (y también la percepción) del orbe es completamente distinta. Putin ha logrado que un organismo internacional que permanecía en “coma” desde la Guerra Fría, haya vuelto a tomar auge y preponderancia ante los hierros del autócrata ruso, como es el caso de la OTAN, que lejos de minimizarse, hoy está a punto de crecer su membresía y su presupuesto.

En este sentido, otro error craso de Putin, fue haber creído que contaba fielmente con su homólogo chino Xi JinPing, quien dio un paso al costado para ser un observador cercano al conflicto, pero sin decantarse por ninguno de los bandos. La postura del presidente de China, que aunque comparte con Putin el desagrado hacia Occidente, ha sido de un mandatario que conoce perfectamente sus intereses personales y nacionales y que sabía que la invasión rusa no prosperaría como los rusos lo tenían planeado en tiempo y forma.

Hoy para el presidente de la segunda economía más importante del planeta, Xi JinPing ha visto las reacciones -en los distintos ámbitos- de las potencias occidentales y ha “puesto sus barbas a remojar”, ha aprendido de los errores rusos y ha incrementado su presupuesto en las fuerzas armadas hasta siete veces en los últimos veinte años, llegando a la cifra de 229 mil MDD destinado a armamento, investigación y entrenamiento de sus efectivos. Xi Jinping mira la experiencia rusa como un aprendizaje y sonríe. Sabe que aún no llega el momento adecuado para dar un giro en el sistema internacional, pero se prepara para al fin conseguir que China entre en una nueva era.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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