DESDE AFUERA

Las dudas de López Obrador

El mandatario mexicano volvió a usar la fórmula de la inclusión de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela en el diálogo

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La renuencia del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, respecto a la Novena Cumbre de las Américas convocada por su par estadounidense, Joe Biden, puede tener motivos más de fondo que la insistencia en que se invite a gobiernos que sabía de antemano están fuera de la lista de Washington.

El mandatario mexicano volvió a usar el lunes la fórmula de la inclusión de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela en el diálogo que está convocado para Los Ángeles del 6 al 10 de junio próximos. Pero, de acuerdo con algunas versiones trascendidas, el gobierno mexicano estaría más bien preocupado por la creciente presión de alineamiento internacional abierto que acompaña la reunión. 

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Estados Unidos y otros países del mundo consideran a México un socio estadounidense, debido a la cercanía económica y social de ambas naciones y, de hecho ya hace 20 años, el entonces canciller brasileño, Celso Amorim, promovía la idea de que México había dejado de ser de Latinoamérica por su participación en el TLCAN, hoy el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). 

La invasión rusa de Ucrania provocó una severa reacción en Estados Unidos y Europa, que han desplegado una considerable actividad diplomática, tanto para condenar la agresión rusa, como para promover de hecho la creación de un frente democrático, antitotalitario.

Y para Estados Unidos, anfitrión del evento, Cuba, Nicaragua y Venezuela, están incluidos en la lista de los gobiernos antidemocráticos y totalitarios. 

Más aún, el gobierno López Obrador parece convencido de que la condena severa al gobierno ruso, no sólo a la invasión rusa de Ucrania, lo colocaría en una situación incómoda, tanto frente a por lo menos parte de su audiencia doméstica como por la pérdida de credibilidad de su discurso de neutralidad.

La declaración a favor de la democracia implicaría también condenas a Cuba, Nicaragua y Venezuela, y complicaría su política hacia América Latina. Y de paso, hacia dentro.

López Obrador puede tener otros motivos vinculados, incluso el consejo de la izquierda latinoamericana y sus esperanzas de crear un bloque regional, apoyado en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), que su gobierno revitalizó en alianza con un gobierno argentino hoy quebrantado por conflictos internos y la esperanza de que Luiz Inácio Lula da Silva sea electo en Brasil este noviembre.

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Pero el no asistir a la reunión de Los Ángeles podría crearle problemas en la aspiración de convertirse en el interlocutor latinoamericano de Washington, como en la formulación de temas, que como migración son a la vez regionales y bilaterales.

Igualmente, podría limitar su participación en iniciativas que hoy surgen en Latinoamérica con la abierta simpatía de Joe Biden, como el de Desarrollo en Democracia, en el que participan Costa Rica, Panamá y República Dominicana, con una abierta intención de mejorar e incrementar su relación económica con Estados Unidos. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE

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