Muchos son los lopezobradoristas de corazón que, secundando a su líder, cuestionan, critican y hasta atacan a Carlos Loret de Mola. ¿Se han fijado ustedes que son pocos ya, no obstante, los que ponen la mano en el fuego por la honestidad de López Obrador.
Esto que digo es la prueba de que algo cambió entre los propios seguidores del régimen a partir del asunto de la Casa Gris (más que cuando los escándalos de Pío y Martinazo López Obrador). Y ello tiene molesto al presidente.
Muchas cosas han sucedido desde entonces. Entre ellas, el que una de las áreas mejor llevadas por Andrés Manuel, la comunicación social, se ha vuelto errática; plagada de errores y frases desafortunadas. La narrativa orquestada desde Palacio se ha vuelto repetitiva, casi monotemática, y en no pocos aspectos pasó de ser activa a meramente reactiva.
No es que el presidente antes aceptara bien la crítica, o que tomara en cuenta opiniones diferentes a las propias, pero su comportamiento no era de tanto enojo y variaba bastante más su larga lista de enemigos reales o figurados.
Últimamente hay un tema que se repite a diario; y este se llama Carlos Loret. A partir de que este difundió cómo vive el hijo mayor del primer mandatario (casa, coche y trabajos envidiables) ha surgido el odio acérrimo hacia el comunicador. Básicamente lo trae de su puerquito.
Privilegia hablar de Loret en lugar de tratar asuntos tan graves como la creciente inseguridad en el país, el covid que ha cedido pero no terminado, el desabasto de medicinas sin solución a la vista, la inflación récord, la economía estancada, una sequía mortal en el norte del país, y muchos otros.
Cada mañana nos receta un recuento sobre Carlos Loret; a veces aderezada con su participación (la de AMLO) en un partido amistoso de beisbol acompañado por el secretario de la Defensa…
Preocupante que, con tantos problemas que tiene el país, su prioridad sea ganarle el pleito a Carlos Loret. ¿Qué les dice, estimados lectores, que en eso ocupen tanto tiempo el presidente y su vocería?
Ya una vez señaló que el yucateco posee una casa en el municipio de Valle de Bravo, Edomex, asentada en un terreno de 8 hectáreas, lo cual fue desmentido. Luego AMLO volvió a presentar nuevos datos y facturas, violando los derechos individuales del comunicador y poniendo en riesgo su integridad y la de su familia.
Independientemente de la inexactitud de la información que presenta acerca del periodista en conferencias de prensa y de la violación flagrante a la ley al hacerlo, llama la atención ¡la recurrencia con lo que lo hace!
Más importante que Loret dé, o no, cuenta a la opinión pública de su patrimonio y las fuentes para hacerse de él; más allá de que deba ser el presidente quien justifique (y las autoridades competentes deslinden responsabilidades) o no de las acciones de sus hermanos, de las propias durante más de 18 años que vivió de regalías de sus libros sin declarar impuestos, de aportaciones recibidas producto de la generosidad de la gente (pero sin tampoco declarar como persona física, un ingreso por donación ante Hacienda), valdría la pena re enfocarse en lo relevante: el daño que el ejecutivo federal ya le ha hecho y le sigue haciendo a México por no querer enfrentar los serios problemas que atraviesa el país.
Para resolver todos estos es que fue electo. No para lo otro.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
MAAZ