Dos votos. Por solo por dos votos los senadores desecharon el punto de acuerdo que proponía hacer comparecer a los titulares de FONATUR, PROFEPA y SEMARNAT para rendir cuentas y dar a conocer más información sobre las obras del Tren Maya, particularmente respecto del cambio en el trazo del tramo 5. El bloque “opositor” —proponiéndoselo o no— apoyó el posicionamiento de la Cuarta Transformación.
Fue un capítulo más de ‘la oposición es prácticamente inexistente’, y ‘lo que queda de ella por sí sola se destruye’. Los senadores opositores a Morena y aliados no sirvieron ni siquiera para ir a votar por dicho punto de acuerdo. No sé si esos votos a la larga hagan la diferencia entre destruir o no la selva de la península de Yucatán y del estado de Chiapas, pero sí fue patente que, cuando los legisladores tienen que hacer acto de presencia, no dan la cara.
Más allá de pleitos, tomas de tribuna e insultos, no vemos que los representantes ciudadanos participen, votando, en las decisiones del legislativo. Y esa debiera ser su contribución sustantiva a la democracia.
Del partido “verde”, instituto político protector del medio ambiente únicamente en papel, se abstuvieron de votar su coordinador Manuel Velasco Coello, Raúl Bolaños Cacho y Gabriela Benavides. Solo Verónica Martínez y Alejandra Lagunes votaron a favor. Una vez más queda demostrado que los “ecologistas” no son tales.
Sordos ante las denuncias de la tala de miles de árboles, la afectación a ríos subterráneos y cenotes en Quintana Roo, algunos senadores no hicieron acto de presencia en la sesión legislativa referida: Miguel Osorio Chong, Beatriz Paredes, Claudia Anaya, Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Mancera, Lilly Téllez y Josefina Vázquez Mota. Gracias a su desidia, enfermedad y/o miedo, la comparecencia de los implicados ‘se la llevó el tren’.
Los líderes de los grupos parlamentarios del PRI y PRD, Miguel Ángel Mancera y Osorio Chong, actuaron como pollitos en fuga, poniendo un nefasto ejemplo a sus menguadas huestes.
No es la primera vez que algunos de los senadores antes mencionados muestran sus verdaderos intereses: Claudia Ruiz Massieu ha votado a favor de iniciativas morenistas o se abstiene en lugar de votar en contra. Ella, Osorio y Mancera se vieron muy satisfechos en la reunión con Gertz Manero. El caso de Josefina Vázquez Mota se cuece aparte: no ha votado en 16 de 30 votaciones importantes.
Hay otros horrores de la oposición que han salido a relucir recientemente. Tenemos a Gabriel Quadri discriminando a una diputada transexual e incitando al odio, a Kenia López Rabadán diciendo que el Tren Maya va a cambiar el color del mar…, al PRI expulsando a Quirino Ordaz.
A todos ellos deberíamos recordarles que su trabajo legislativo es presentarse a VOTAR, no solo vanagloriarse de sus posicionamientos en redes sociales o en espacios de debate. Que su salario lo pagamos con nuestros impuestos. Que además ya existe la reelección y, si la buscan, al desempeñarse como lo vienen haciendo, será difícil que cuenten con nuestro voto.
Tal vez algo bueno salió de todo esto: sabemos ahora, por contraste, que hay senadores como Xóchitl Gálvez que no se ausentan, que votan y que han presentado y sustentado denuncias formales ante irregularidades cometidas por la administración federal.
Y lo más importante, más allá de si lo que se vote sea relevante o no, la sociedad civil observa a sus representantes. Y todo parece indicar que con los actuales de la oposición, no estamos llegando a ningún lado.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
MAAZ