(Jana Beris-Jerusalén) - Al perpetrarse este martes por la noche el tercer atentado terrorista en ocho días, en la ciudad Bnei Brak, mayormente de judíos ultraortodoxos, ascendió a 11 la cantidad de israelíes muertos. En este nuevo ataque fueron 5 los muertos: dos civiles israelíes, dos civiles extranjeros que trabajaban en Israel y un policía que llegó al escenario del atentado junto con un compañero para neutralizar al terrorista. Un balazo lo alcanzó y fue el otro policía quien logró abatir al asesino.
La propia muerte del policía demuestra la distorsión que hacen los enemigos de Israel de la realidad del un Estado al que suelen presentar como de apartheid y sin respeta a sus minorías no judías: el policía que murió al tratar de salvar vidas era Amir Huri, de 32 años, israelí miembro de la minoría árabe cristiana, residente en Nof hagalil.
El terrorista era Diaa Hamarshe, de 27 años, palestino de la aldea Yabed junto a Jenin. Años atrás había estado preso en la cárcel en Israel por vínculos con actividad terrorista del Jihad Islámico, aunque ahora se dijo que también estaba ligado a Al Fatah. Los dos atentados anteriores fueron cometidos por árabes ciudadanos de Israel ideológicamente identificados con ISIS.
Es simbólico que esto ocurra justamente la semana en la que se llevó a cabo una cumbre sin precedentes, en la que Israel fue el anfitrión y participaron 4 cancilleres árabes que hablaron abierta y públicamente de la relación cercana con Israel y los intereses compartidos (no sólo contra Irán, aunque eso es clave). Israel no sólo tiene cada vez más legitimidad a ojos del mundo árabe sino hasta un rol de liderazgo en determinados temas.
Pero aunque los terroristas hayan criticado la cumbre, no fue por ella que se perpetraron los atentados. Los terroristas actúan cuando tienen la oportunidad y esto es lo que hicieron también esta vez.
Son varios los puntos a destacar en esta situación.
1) Esta ola terrorista impone a Israel serios dilemas. ¿Seguir en la tesitura de tratar de hacer todo para distinguir entre los terroristas y la población inocente o tomar medidas drásticas, aunque afecten también a la población no involucrada? Este es un dilema muy real ya ahora, dado que Israel aprobó una serie de medidas especiales para con la población tanto en Gaza como en Cisjordania, por la llegada del mes sagrado del Ramadán. Se volvió a permitir que familias visiten a terroristas de Gaza presos en Israel, se aumentó la cantidad de permisos de trabajo para palestinos de Gaza que entren a Israel y se aumentó la cantidad de permisos de visita a Israel para palestinos, incluso la posibilidad de orar en la mezquita de Al-Aksa. ¿Seguir adelante con esto como si aquí no hubiera pasado nada? ¿O frenarlo?
2) Esto está relacionado no sólo a los atentados en sí, sino a su aliento y celebración, al crear una atmósfera enardecida que sirve de tierra fértil para el próximo atentado. El periodista Ehud Yaari, uno de los grandes expertos en el mundo árabe, opinó que una de las primeras reacciones debe ser aclarar a la organización terrorista Hamas –que es el gobierno en Gaza desde junio del 2007-que si no se retracta explícitamente de sus entusiastas felicitaciones por todos los últimos atentados, Israel cancela todos los permisos de trabajo a gazatíes en Israel y también la entrada del emisario especial catarí que mensualmente llega con valijas de dólares para repartir a familias necesitadas de la Franja, un ingreso importante para Hamas.
Las felicitaciones de Hamas y Jihad Islámico se expresan, con palabras de amenaza y profundo odio, no sólo cuando el atentado es cometido por un palestinos, como este martes, sino siempre que mueren israelíes. También los ataques que fueron obra de ISIS fueron glorificados por los terroristas palestinos.
Israel debe avisar al mundo, opinó Ehud Yaari, que no lo tolerará, y que mientras eso ocurra, se terminaron todas las facilidades especiales.
POR JANA BERIS
PERIODISTA
MAAZ