ENVÍO DIPLOMÁTICO

La importancia de Crimea

El interés de Rusia en la península se deriva de su ambición de dominar el Mar Negro y contar con un acceso al Mediterráneo

OPINIÓN

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Víctor D. Flores / Envío diplomático / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lugar de controversias históricas, el Mar Negro está situado entre dos continentes. Ha sido punto de encuentro, no siempre amigable, de los grandes imperios. Es un mar cerrado cuya única salida al Mediterráneo es a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos. Un lado de los estrechos está en Asia, y el otro en Europa, y aunque ambos márgenes pertenecen a Turquía, se reconocen como aguas internacionales por las que pasan barcos de carga y pasajeros, tanques petroleros y buques de guerra de muchos países, incluidos Rusia y Ucrania. 

La península de Crimea es el lugar perfecto, por su posición geográfica, para el control estratégico del Mar Negro. Siempre en disputa, Crimea ha sido ocupada por griegos, persas, romanos, otomanos, rusos, británicos, alemanes, soviéticos y ucranianos.

Desde 1441 formó parte del Imperio Otomano hasta que los turcos fueron derrotados por Rusia en 1873. Desde entonces, la cultura, el idioma, la religión y la mayoría de la población de Crimea han sido rusos. 

El interés de Rusia en la península se deriva de su ambición de dominar el Mar Negro y contar con un acceso al Mediterráneo. En contraposición, Europa siempre trató de impedir las pretensiones rusas de tener una salida al mar.

Los británicos en sus afanes imperialistas prohibieron el paso de buques de guerra por los estrechos con el propósito de bloquear la salida de la flota rusa al Mediterráneo. En 1853, cuando el Imperio Otomano había perdido fuerza, Rusia intentó apoderarse de los estrechos. En respuesta, Gran Bretaña y Francia atacaron a los rusos en Crimea. Rusia fue derrotada en 1856 y aunque se quedó con Crimea se comprometió a no establecer instalaciones navales ni militares en el Mar Negro.

Durante la Primera Guerra Mundial, en un pacto con Turquía, Alemania intentó ocupar Constantinopla para controlar los estrechos. Algo que ni los rusos ni los ingleses estaban dispuestos a permitir, y a pesar de sus diferencias históricas, decidieron unirse para enfrentar al enemigo común. 

Después de la guerra, en 1921 Crimea se constituyó en una república autónoma y se incorporó a la URSS. En 1941 Alemania ocupó Ucrania y Crimea con la intención de controlar el Mar Negro y apoderarse de los campos petroleros del Mar Caspio, pero en 1944 los soviéticos los expulsaron y recuperaron Crimea.

En 1954 la URSS transfirió Crimea de Rusia a Ucrania y cuando ésta se separó de la URSS en 1991 Crimea se volvió a constituir en una república autónoma. En marzo de 2014 en un referéndum Crimea votó a favor de la reunificación con Rusia. 

No debe sorprender que en estos momentos, con la invasión de Ucrania los rusos quieran controlar el tráfico marítimo en el Mar Negro, asegurarse una salida al Mediterráneo y garantizar el paso hacia Europa del petróleo procedente de la región del Mar Caspio.

POR VÍCTOR D. FLORES

*Ministro Jubilado del Servicio Exterior Mexicano

victorwell@hotmail.com

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