COLUMNA INVITADA

De nuevo y a tiempo: no participemos en la revocación

La revocación de mandato sintetiza la forma absurda, abusiva y caprichosa con la que nos desgobiernan desde 2018

OPINIÓN

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Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Editorial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La revocación de mandato sintetiza la forma absurda, abusiva y caprichosa con la que nos desgobiernan desde 2018. A menos de un mes de que ocurra, conviene insistir en las razones por las que los ciudadanos no debemos legitimar este proceso participando en él. 

De entrada, es una consulta totalmente innecesaria, porque nadie quiere que el presidente renuncie; incluso la mayoría de sus críticos pensamos que debe terminar el sexenio y que el país debe retomar el camino a partir de construir una alternativa opositora unificada en las elecciones de 2024, que es la vía legal, legítima y con posibilidades de éxito. Tampoco servirá como forma de ejercitar la “democracia directa”, porque al grueso de la población no le interesa participar, pues no es una consulta que provenga de una demanda genuina de la ciudadanía, sino de un capricho impuesto desde la élite gobernante. Y como se necesita una muy improbable participación de 40% para que sus resultados sean vinculantes, será también un ejercicio coreográfico, sin consecuencias legales para bien ni para mal. Más aún, es un proceso costoso en el que se derrocharán miles de millones de pesos en medio de una crisis económica, mientras que faltan tratamientos médicos y se cancelan servicios como las escuelas de tiempo completo.  

Por si fuera poco, el lopezobradorismo ha violado permanentemente la ley a lo largo de estos meses; durante la fase de recolección de firmas poniendo el nombre y firma de miles de personas que ya habían muerto; a través de la contratación de espectaculares - con recursos inexplicables - para promover la consulta y todavía más ruin, abusando de la gente más pobre diciendo que si no votan van a perder programas sociales, como el acceso a vacunas gratuitas. 

La única persona realmente interesada en llevar a cabo la consulta es el propio presidente –el resto de sus subordinados y propagandistas simplemente se han unido al coro, con la misma abyección e indignidad con la que respaldan cualquier otra cosa que les ordena. 

Primero, porque es una forma de hacer campaña para distraer la atención pública. El gobierno lleva más de un mes sin poder explicar la vida de lujos de uno de los hijos del presidente; además, se acumulan los escándalos del Fiscal General, la inflación, la violencia, y en general la falta de resultados. En segundo lugar, parece una forma de movilizar y unificar a la base “dura” del lopezobradorismo, en momentos cuando aumentan las fracturas al interior de Morena y de los altos funcionarios, en la anticipada lucha por candidaturas y espacios de poder. Y, en tercer lugar, lo más grave de todo: porque ha servido como el instrumento principal para cuestionar y golpear al árbitro electoral – al INE – con el objetivo de restarle legitimidad de cara a los siguientes procesos electorales, particularmente el de 2024.  

Se ha advertido que esta consulta podría representar un experimento para medir la recepción que tendría un potencial referéndum para extender el mandato. Más allá de hipérboles, recodemos que a nivel legal ya se intentó hacer esto con la presidencia de la Suprema Corte de Justicia; además, es muy ilustrativo que el lopezobradorismo se ha esforzado por presentar la consulta como una “ratificación” y no como una “revocación”.  

Lo mejor que podemos hacer es no participar, para no legitimar la campaña simulada y sucia del lopezobradorismo, e invitar a nuestros familiares, amigos y conocidos a tampoco hacerlo, explicando las razones por las cuales es un capricho innecesario, inútil, caro y plagado de ilegalidades.  

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE
@GUILLERMOLERDO

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