MALOS MODOS

La muerte de los Premios Oscar y una alternativa

El puritanismo progre de las universidades gringas invadió la academia, y los resultados están ahí: un rating bajísimo

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los Oscars mueren de bondad. Una de las gracias de esa ceremonia, una muy importante, era descubrir hasta qué punto se pasaba de lanza la persona encargada de conducirla. Y vaya que hubo competencia. Sí, incluso en los años más moralinos del Hollywood viejo podías disfrutar de algún latigazo de ironía de Bob Hope, y si hemos visto verdaderos alardes de manchadez e incorrección política a cargo de Steve Martin (¡ah, su chiste sobre la gordura de Michael Moore!), los comentarios contra la industria misma de Chris Rock o la conducción irritante y cáustica de Billy Crystal o Woopy Goldberg, en fechas recientes hemos tenido que pasarnos sin agua una tendencia doble a, primero, “democratizar” la conducción, con demasiadas personas ahí arriba, tomando la estafeta para ser “simpáticas”, y sobre todo a la buena ondita. Sí: el puritanismo progre de las universidades gringas invadió la academia, y los resultados están ahí: un rating bajísimo. Normal. Nada más aburrido que un ejército de personas esforzándose por no ofender.

¿Recuperarán su espíritu los Oscars en 2022? Es difícil de creer. Así que, de plano, mejor saltárselos. La buena noticia es que hay alternativas. Se me ocurre una de años: las Frambuesas de Oro, esos anti Oscar que empezaron en 1980 y que no pierden el pulso. De lo que se trata, sabemos, es de premiar a lo peor de la industria, con toda la mala leche posible. Mala leche que les sobra. Hubo una edición, por ejemplo, en que Adam Sandler se llevó siete premios, incluidos los de peor actor y peor actriz: en la peli, una comedia por supuesto, se viste de mujer. Están, destacadamente, las aportaciones de quienes aceptaron con gracia las estatuillas, unos pegotes de plástico que cuestan algo menos de cinco dólares. Casos de Sandra Bullock, Halle Berry o Rocky/Rambo, que alguna vez recibió una cantidad de nominaciones tan contundente, que los de la anti academia declararon que estaban considerando seriamente cambiar el nombre, de Golden Raspberry a “Premios Silvester Stallone”. Muy de vez en cuando, entregan un premio a la peor trayectoria, como el de Ronald Reagan, e incluso se atreven a premiar la peor actuación en un documental. Ganó Donald Trump.

¿Este año? Acaban de anunciarlos. Podemos destacar un traslape con los Oscars: Jared Leto, nominado por la otra academia, la solemne, es fuerte candidato a peor interpretación por los “kilos de látex” de su máscara en House of Gucci. Con todo, la estrella de esta edición es una que, en la línea de Stallone, acaba de ganar su propia categoría: “Peor Película Protagonizada por Bruce Willis en 2021”, un logro explicable por el hecho de que en ese periodo intervino como actor nada menos que en ocho producciones.

Así que, a la espera de tiempos mejores, digan no a los Oscar y ríanse un rato con sus hermanos malora.

POR JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09

MAAZ