COLUMNA INVITADA

Putin ganó la guerra

El mandatario ruso usó una de sus maniobras más antiguas, apoyar a fuerzas separatistas en el este ucraniano

OPINIÓN

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Lila Abed / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El presidente Vladimir Putin “le vio la cara” a Occidente. La concentración de tropas rusas a lo largo de los últimos meses fue una mera “cortina de humo” . Con el reconocimiento de la independencia de los dos territorios separatistas en el este de Ucrania —Donetsk y Luhansk—, el mandatario ruso logró su objetivo sin enviar un solo tanque a Ucrania. Los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos y la OTAN, los múltiples viajes de líderes europeos a Moscú, y las distintas advertencias a Putin de que enfrentaría consecuencias económicas severas si avanzaba con un ataque militar fueron nulos.

El mandatario ruso utilizó una de sus maniobras más antiguas, apoyar a las fuerzas separatistas en el este ucraniano, con la ayuda del Parlamento ruso para avanzar sus intereses. La inteligencia estadounidense había alertado que el Kremlin buscaba cualquier pretexto para lanzar una invasión militar a su vecino, pero lo que ocurrió fue algo más burocrático, sin mucha acción. Todo se redujo a una resolución que aprobó la Duma del Estado, la cámara baja del Parlamento de Rusia, que llamó al Presidente a reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares en el este de Ucrania. Lo único que tuvo que hacer Putin fue firmar un documento para “doblar” a sus opositores. Ahora, justifica el despliegue de tropas en Donetsk y Luhansk, para "mantener la paz". Es un genio político.

Putin intenta expandir su esfera de influencia, lo hizo en 2008 en Georgia y en 2014 en Crimea, y esta vez toma a Donetsk y Luhansk de manera indirecta. En su mensaje a la nación, el mandatario ruso dejó claro que su nostalgia por el poderío de la extinta Unión Soviética es la gran motivación detrás de todas sus acciones. Es una batalla ideológica de fondo, su intención es reposicionar a Rusia como una hegemonía regional relevante en el sistema internacional. En su visión de Estado, Putin considera a los países de Europa del este como parte inherente de Rusia, no como naciones independientes y soberanas.

Viene la reacción por parte de Occidente. La Casa Blanca informó que impondrá sanciones económicas a las zonas que el Kremlin reconoció como independientes. El mandatario estadounidense sostuvo llamadas telefónicas con líderes europeos y con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, para responder con firmeza y rapidez ante las declaraciones de Vladimir Putin. Se espera que las Naciones Unidas convoque una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad para abordar la situación en Ucrania.

Occidente tiene que defender los valores y los principios que sostienen al orden global. Rusia está redefiniendo las fronteras de un país por la fuerza, atentando contra la soberanía y la integridad territorial de un Estado independiente. Es una violación aberrante de las normas consagradas en la Carta Democrática de la Naciones Unidas, de la cual es miembro. Es evidente que Putin, como muchos otros autócratas, está dispuesto a incumplir con sus compromisos internacionales, siempre y cuando signifique proteger la seguridad nacional de Rusia y asegurar su control sobre el país.

La teoría de relaciones internacionales conocida como el realismo ofrece una explicación clara de lo que quiere lograr Putin. Dicha corriente argumenta que la seguridad de un Estado rige las decisiones de un líder, debido a que está en una constante lucha por el poder y competencia con otros países. Considera que los Estados viven en un contexto de anarquía, y que el actor principal en el orden global es el Estado —el poder de las organizaciones multilaterales es limitado. Es decir, los gobernantes de esta corriente creen que la guerra es común, que los periodos de paz son temporales, y que es necesario estar siempre preparados para un futuro conflicto. El poder está para tomarlo, y Putin es ejemplo de ello.

Con sus acciones, el mandatario ruso reduce las probabilidades de que Ucrania pueda formar parte de la OTAN en el futuro próximo, debilita la posición de Occidente, exhibe al presidente Joe Biden, y demuestra que el sistema internacional actual es más vulnerable de lo que se creía.

POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED

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