Articulista

Leopoldo Flores

La larga trayectoria del artista plástico mexiquense se caracterizó por su distancia de las distintas corrientes del arte mexicano

Leopoldo Flores
Bernardo Noval / Articulista / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Leopoldo Flores marcó una línea de trabajo independiente que le confirió a su obra originalidad, además de su lucha para obtener lugares dignos para las manifestaciones artísticas, propósito que logró consagrar en su vida a través de un legado que se deja sentir de manera amplia en el Estado de México.

El 13 de marzo de 2002 fue inaugurado el Museo Universitario Leopoldo Flores el cual alberga las 378 obras donadas por dicho artista a la comunidad universitaria del Estado de México. El edificio fue construido exprofeso en el Cerro de Coatepec, Toluca, para convertirse un taller de experimentación artística y un espacio de apertura a las más diversas expresiones.

Al igual que los artistas de la generación de la Ruptura, en la cual no se le ubica, Leopoldo Flores buscó sus propios espacios y formas de expresión. Aunque logró exponer en el Salón de la Plástica Mexicana en algún momento y dar difusión a su obra a nivel nacional, sus trabajos se proyectarían esencialmente en su entidad natal.

Su naturaleza y formación lo llevaron desde el inicio de su carrera a ir en una ruta diferente a las corrientes que en la década de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado crearon un discurso plástico apegado a los sentimientos identitarios de los mexicanos. Su obra estuvo comprometida con la innovación estética y temática de la época, sobre la sólida base del muralismo mexicano. En su extensa trayectoria se reconocen rasgos de identidad nacional, sin dejar de comunicarse con la humanidad más allá de contextos geográficos o culturales. 

Entre sus obras más destacadas se encuentra el reconocido Cosmovitral, el cual tiene una extensión de tres mil metros cuadrados. Dicha obra monumental –la más grande de su tipo en el mundo–, iniciada en 1978, consta de 71 módulos y está compuesto por 75 toneladas de estructura metálica y 45 toneladas de vidrio soplado de 28 colores. Este espacio se llama así porque recrea algunas de las historias, leyendas y teorías por las que se creó el cosmos, representando las dualidades y antagonismos como el día y la noche o la vida y la muerte; sin dejar de mencionar que en su interior alberga una gran diversidad de flora nacional y extranjera que brinda una belleza excepcional.

Recientemente se inauguró la muestra Contemplaciones en Casa Nuestra, Antigua Sede del Senado de la República, la cual invita al público visitante a reflexionar y apreciar mediante una selección de 29 obras de este extraordinario autor, su profundidad de exploración a través de diversos temas. “No copio, invento, porque propongo una nueva lectura, una nueva forma, a partir de un tema determinado. Es lo que he hecho toda mi vida, poner un tema en relación con mi espacio social y político. Desde que me inicié” aseguraba el artista. 

Sin duda, Leopoldo Flores fue una figura relevante de la innovación plástica en la segunda mitad del siglo veinte. Creador de un nuevo concepto de muralismo, ligado a los conflictos existenciales de la humanidad de todo tiempo y lugar, cuyo legado debe apreciarse como el artista alguna vez comentó: “Van a ver al menos a un artista que correspondió a su tiempo, pero que avanzó, porque mis proposiciones son para el futuro. Quiero que me vean así”.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL
@MUSTWANTEDG

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