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AMLO: ¿cuidado con lo que dice?

Con todo el respeto debido, Andrés Manuel López Obrador tiene derecho a pelearse con quien quiera

AMLO: ¿cuidado con lo que dice?
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Con todo el respeto debido, Andrés Manuel López Obrador tiene derecho a pelearse con quien quiera. Pero como ciudadano privado.

Como Presidente de México, es el jefe de la nación y del gobierno, y como tal, responsable último de lo que haga o no haga su régimen, de sus éxitos y fracasos.

Y habla en su nombre.

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En ese marco, es quien dirige al país y ciertamente, entre otras cosas, a su política exterior, la celebración de acuerdos internacionales, la concertación de pactos con otros países, el intercambio de embajadores y, si lo cree necesario, tomar acciones como el enfriamiento y hasta la ruptura de relaciones. 

Pero se supone que cada una de esas acciones surge de un análisis. Para eso existen instancias de evaluación y asesoría, que dependen del país y como en el caso mexicano, pueden definirse como Consejos de Seguridad Nacional y Secretaría de Relaciones Exteriores. En Estados Unidos, al menos, no ha sido raro que ambas formulaciones ofrezcan análisis divergentes sobre rumbos a tomar. Pero la decisión última corresponde al Presidente.

Y ciertamente las evaluaciones del Congreso.

Qué análisis lo llevan y de qué sirven a México las minicrisis que a querer o no provoca AMLO con sus ruminaciones en la mañanera, como la insinuación de una "pausa", que nadie supo explicar en la relación con España es algo que escapa a muchos, a comenzar por este reportero. 

Pero valdría la pena, y no como explicación a una persona o a un oficio que evidentemente detesta, sino al conjunto del país, que el mandatario explicara su razonamiento para crear zozobra continua en las relaciones internacionales de México.

Porque lo cierto es que los diplomáticos y los periodistas tienden a particularizar temas: una medida puede ser de cumplimiento general, pero una embajada analiza y reporta lo que afecta a sus intereses. Y eso tiene impacto en medios. 

Los inversionistas, especialmente de otros países, están nerviosos y lo han estado desde el inicio de la administración de AMLO, y hay pocos entes tan proclives a la preocupación o alarmistas como ellos. Y cierto es también que si bien el gobierno parece tratar constantemente de apaciguarlos y ofrecerles oportunidades, frecuentemente da dosis dobles de retórica presidencial que crean nuevas dudas.

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Porque si bien España es un ejemplo específico, por el significado que tienen sus empresas en el país y por su impacto social y cultural, las declaraciones del mandatario tienen reverberaciones entre diplomáticos e inversionistas de otras naciones en México.

Y para recoger otra reflexión del presidente López Obrador, el individuo, el influencer, tiene derecho a decir lo que quiera, bromear como quiera y pelearse con quien quiera. 

Pero, desde el 1 diciembre de 2018 y hasta el 30 noviembre de 2024, AMLO es el Presidente y tiene la obligación de cuidar lo que dice y cómo lo dice porque sus palabras representan a una nación.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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