ARTE Y CONTEXTO

¡Y arranca la temporada de subastas!

Ahora más que nunca es necesario el apoyo de quienes pueden contribuir a menguar un poco el dolor de los que más sufren

OPINIÓN

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Julen Ladrón de Guevara / Arte y Contexto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hoy damos el banderazo de salida para la navidad, así que finalmente podemos llenar la casa de diamantina y de santacloses cursilientos. Mi ex vecina de la Escandón ya tiene la tapas del excusado y de la caja de agua protegidas con las cubiertas de felpa que le compró su suegra en el bazar de la iglesia, y el papel higiénico de repuesto está forrado de olanes con el filito dorado.

Con la llegada del mes de diciembre, millones de almas piadosas se llenan de júbilo porque ésta es la mejor época para hacer eventos de caridad subastando arte u objetos ingeniosos intervenidos por señoras que pintan y por artistas reales. La posibilidades son variadas porque se puede utilizar como lienzo a unos ositos de tela muy tiernos o unas cajitas laqueadas fabricadas en pueblos empobrecidos. La forma da igual, lo importante es generar dinero para entregarlo a fundaciones que lo necesitan para subsistir.

Los organizadores de las subastas comienzan a trabajar desde septiembre en el proyecto más importante y desinteresado del año, que también se aprovecha para hacer relaciones públicas y divertirse. Para ello es necesario tener buena bebida y comida mínima pero chic; no existe nada mejor para incentivar las causas nobles que un coleccionista ocasional agarrado de una copa de champaña infinita con el rostro enrojecido, feliz de aflojar su cartera. Me consta porque he asistido a estos eventos por muchos años y la verdad es que me la paso genial. Uno puede ver de golpe a varios amigos queridos y conocer a posibles patrocinadores de exposiciones o de libros culturosos que contribuyan para llevar a este pueblo salvaje a otro nivel, y es que en México existen personas genuinamente generosas que destinan una parte significativa de su dinero para ayudar a los demás.

En cuanto a los organizadores los hay de todo tipo: desde los que tienen un corazón de oro y se preocupan efectivamente por su prójimo, hasta los que fingen ser buenas personas para que ellos y su ego sean admirados por la gente a la que envidian y desean ningunear. Al final da igual, lo que importa es el resultado porque hay muchas personas que necesitan recursos para sus tratamientos médicos, para tener una casa digna o para cubrir cualquier otra carencia. 

Ahora más que nunca es necesario el apoyo de quienes pueden contribuir a menguar un poco el dolor de los que más sufren, sobre todo porque este gobierno cruel ha cancelado la posibilidad de obtener, por ejemplo, los medicamentos que necesita un enfermo de cáncer para no morir en el intento de permanecer vivo. 

En lo personal estoy convencida de que todos debemos contribuir de una u otra manera para ayudar con estas causas, no sólo porque en cualquier momento lo podemos necesitar si no porque a veces desperdiciamos cantidades absurdas de dinero que bien podríamos invertir en alguna organización benéfica. Sin embargo hay un negrito en este arroz, y es que a los artistas casi siempre les piden que regalen su trabajo al 100%. 

Tengo la inmensa fortuna de contar entre mis amistades a muchos creadores de arte, la mayoría reconocidos y con trayectorias deslumbrantes que no necesariamente pueden sobrevivir todo el año sin angustiarse por el dinero. No termino de comprender por qué la mayoría de los que realizan estas ventas especiales no consideran este punto; a lo mejor creen que todos los creadores son ricos o que no necesitan comprar los materiales que se requieren para la obra que donan a la caridad. Creo que es necesario pensar en esto al momento de solicitar la obra de alguien que también trabaja para pagar su techo y su pan y que no importa si tiene buenas posibilidades económicas porque de todas formas hay que redituar el trabajo de los demás. 

De todas maneras, tenemos que acostumbrarnos a pagarle a los artistas, desde los escritores hasta los coreógrafos, porque se ha hecho costumbre verlos con malos ojos si no quieren cooperar sin preguntar si habrá un rédito a cambio. Espero que este año se les destine un buen porcentaje de cada pieza vendida para la caridad. A todos nos conviene que prosperen esos mexicanos cuya labor nos ha llenado de gloria ante los ojos del mundo, porque han contribuido a que siga valiendo la pena sentir orgullo por haber nacido aquí. 

POR JULEN LADRÓN DE GUEVARA
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@JULENLDG

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