Recientemente el gobierno mexicano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, criticó la elección del brasileño Ilan Goldfajn como próximo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un periodo de 5 años, el cual inicia el próximo 19 de diciembre. Al respecto, el presidente calificó al brasileño como un miembro del grupo neoliberal estadounidense, lamentando la ausencia de cambios en la institución sin el aval de Estados Unidos. Le siguió la SHCP, diciendo que es una política de “más de lo mismo”.
En ese sentido, la candidatura del subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, quedara relegada en la terna. Originalmente, el presidente López Obrador postuló a Alicia Bárcena, embajadora de México en Chile, no obstante, se retiró de la contienda. En cuanto a Goldfajn, es director del Departamento del hemisferio Occidental del FMI y fue director del Banco Central brasileño tres años desde 2016.
Vale la pena destacar que la función del BID, que se enfoca en el financiamiento de proyectos productivos, particularmente en aquellos sectores que requieren de una gran inversión de capital para echarse a andar en países de la región. En ese sentido, su financiamiento se mantiene gracias a las contribuciones de sus países miembro, con Estados Unidos a la cabeza, debido a que el tema político respecto a los nombramientos está relacionado con el origen de esos fondos.
Por esa razón, para poder influir en estos organismos regionales se debe realizar un proceso de cabildeo muy importante desde el gobierno promotor de su candidato, no sólo para convencer a los congresistas estadounidenses que aprueban el mayor presupuesto, sino a las propias instituciones financieras internacionales, una tarea nada sencilla.
Considerando lo anterior, ¿qué le faltó a México para ser considerado en esta contienda y quién es el verdadero ganador con la selección de Goldfajn? En principio, la candidatura de Alicia Bárcena se da desde la Cancillería y no desde la SHCP, institución encargada de ese cabildeo ante el BID, además de que retiró su postulación por temas personales.
Pese a lo que se pudiera pensar, quien verdaderamente sacó provecho de esta situación no es Brasil sino Argentina, que hoy tiene una situación económica por demás complicada. al leer la situación de la Bárcena, así como la de su propia candidata, que al no contar con el apoyo internacional negocia con Brasil para bajarse de la candidatura y obtener la vicepresidencia de Sectores, la gerencia de Infraestructura y la dirección de nuevo Instituto de Género e Igualdad, parte de la nueva gestión del BID.
Se trata de al menos de dos puntos clave que controlan alrededor del 40% del presupuesto del organismo. Esa buena mancuerna obtenida mediante un gran lobbying representará mejores posibilidades de negociación para proyectos productivos financiados por el BID. Desafortunadamente, se convierte en otra gran oportunidad desaprovechada para el gobierno de México que es incapaz de generar políticas públicas internacionales de gran calado, más allá del discurso rancio de todas las mañanas.
POR AZUL ETCHEVERRY
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